«Fuera del perro, el libro es seguramente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro está demasiado oscuro para leer«, decía Groucho Marx. Sin embargo, los actuales smartphones tienen una pantallita fantásticamente iluminada que permitiría navegar por Internet sin problemas dentro de un perro. Y, a pesar de ello, en esa guerra secreta que desde tiempos inmemoriales mantienen perros y gatos son los gatos quienes parecen ganar la batalla.
Sólo hace falta entrar un rato en Instagram para verlo: gatos, comida y alguna puesta de sol suelta dependiendo de la hora que sea. ¿Pero realmente es así? ¿O es una sensación creada por la propaganda gatuna? Si nos ceñimos a los datos, mirando para ello las cifras de los hashtags -#cat cuenta con 92.433.650 publicaciones y #Dog con 105.571.987-, está claro que ganan los perros. Lo mismo pasa en YouTube, donde el 16% de las reproducciones de la categoría de mascotas corresponde a los gatos frente al 23% de los perros. ¿Conspiración?
El extraordinario trabajo del lobby felino
Todos sabemos que los mininos son mucho más retorcidos que los canes, que no durarían ni media temporada de Juego de Tronos contra esos gatos Lannister. Y, sin embargo, cuando pensamos en memes y vídeos virales, la mayoría son de gatos. Grumpy Cat, los gatos que se espantaban de los pepinos y Nyan Cat… ¿Por qué Nyan Cat y no Nyan Dog? ¿Acaso no hay perros que crucen el espacio emitiendo un arco iris anal? Un doble rasero escandaloso. ¡Hasta la Wikipedia tiene una entrada para «Internet and cats«, pero no para «Internet and dogs»!
El New York Times describió las fotos de los gatos como «un pilar esencial de Internet«, e incluso ha habido exhibiciones en museos tituladas «Acerca de cómo los gatos tomaron Internet«. Buen trabajo, lobby gatuno.
Pero lo cierto es que mientras que el perro ha sido un animal cercano al humano en prácticamente todas las culturas, el gato se ha asociado en numerosas ocasiones con la magia y lo divino. En Egipto los gatos eran considerados dioses, mientras que en Japón encontramos figuras como maneki-neko, un gato que da buena suerte o el bakeneko, una especie de diablo. Igual se debe a esa sensación constante de que los gatos están permanentemente conspirando para exterminar a sus dueños, pero lo cierto es que han logrado fascinar a los humanos desde tiempos inmemoriales.
Trucos para que nuestra mascota salga bien en las fotos
A todos nos ha pasado alguna vez que hemos intentado hacer una foto a un perro o un gato que está en una posición muy fotografiable y entonces, ¡zas! Se mueve y a la porra la instantánea. Así que, para que esta entrada no se limite a la teoría conspiratoria, os ofrecemos algunos consejos para sacar las mejores fotos de tus mascotas.
Ten mucha paciencia
Con los animales, pasa un poco como con los niños: su comportamiento es imprevisible, por lo que deberás tener mucha paciencia para sacar determinadas tomas. Lo mejor es que tengas algún juguete a mano para que la criatura se sienta más cómoda. Si tu teléfono lo permite, utiliza una velocidad de disparo alta para que su movimiento no se transforme en una fotografía borrosa.
El flash, apagado
A nadie le gusta que le den un fogonazo de luz, y a los animales tampoco. A diferencia de los humanos, perros y gatos ni saben lo que es la fotografía ni son conscientes de lo que estamos haciendo, y de hecho, probablemente les importe un comino. Mejor trata de iluminar bien la escena -luz natural si es posible- y evita el flash para no estresar al animal.
Ponte a su altura
Al sacar una foto del animal, en muchas ocasiones tendremos la tentación de quedarnos de pie y disparar desde allí. Es mucho mejor que nos agachemos -o incluso que nos tumbemos- y tiremos la foto desde la altura de nuestra mascota, y así obtener una sensación de mayor cercanía.
Enfoca los ojos
Como en los humanos, los ojos son el elemento más expresivo de perros y gatos, enfocarlos bien es fundamental para una buena fotografía -salvo que voluntariamente queramos poner el foco en otro punto-. Puede que esto no sea fácil por el constante movimiento del animal, o porque no le de la gana mirar a cámara. Sin embargo, un buen truco para que mire a cámara -si no te importa que su posición sea de alerta- es sujetar un premio justo por encima del objetivo.