En los últimos años estamos viendo como un buen número de empresas tecnológicas españolas están desarrollando terminales muy interesantes, como bq, que ya se ha convertido en la tercera marca que más terminales vende en España sólo por detrás de Samsung y Huawei, superando a LG o Apple. Wolder, ImasD, Sunstech son otras marcas españolas destacadas. Pero… ¿cuánto de español tiene un móvil español?
Una cosa está bastante clara, y es que fabricar un terminal únicamente en España es prácticamente imposible ya que buena parte de los proveedores están en el extranjero, especialmente en Asia, por lo que traerlos hasta aquí podría ser un gran quebradero de cabeza y aumentaría considerablemente el coste del smartphone.
La localización de los proveedores
«El problema no es sólo el ensamblado, como mucha gente cree», explica Ravin Dhalani, cofundador y Director de Producto de bq, «es más una cuestión del ‘supply chain’«. En las últimas décadas ha habido una gran inversión en Asia, especialmente en Chna, de forma que buena parte de los fabricantes de los elementos críticos de un smartphone están allí.
«Ya no es una cuestión de lo que pueda tardar en llegarte un pedido» relata Dhalani, «si tienes un problema con un pedido de pantallas, en China tienes el proveedor a unos kilómetros y te pueden mandar un ingeniero o pueden cambiarte el pedido, sin embargo si lo traes hasta España todo puede ser más complicado, y si lo quieres devolver tienes mucho papeleo, te lo pueden parar en las aduanas…».
«Si tienes un problema con un pedido, en Asia es más fácil solucionarlo»
Si tienes tu planta en Asia, si tienes un problema de algún tipo con algún componente puedes llamar al proveedor y en el mismo día o al siguiente tienes en tu planta a un ingeniero -los FAE, field application engineer- que ayudará a solucionarlo, y no sólo las empresas locales, sino también las occidentales como Qualcomm.
Barreras fiscales y el control de diseño
Pero la localización de los proveedores no es el único problema al que se enfrentan aquellas empresas españolas que quieren fabricar smartphones, también hay algunas de carácter fiscal.
Por ejemplo, si traes un equipo ya ensamblado de Asia, no hay coste arancelario, sin embargo si lo que importas son los componentes para fabricarlos aquí, los aranceles se disparan al 14%. Estos impuestos los imponen los países asiáticos con tal de proteger su producción. «Contra eso poco podemos hacer desde Europa, pero cualquier país lo haría», explica Dhalani.
Muchas empresas europeas se ven obligadas también a delegar el diseño de los smartphones a empresas asiáticas -las design house-, aunque algunas empresas como bq han apostado por el control del diseño de sus smartphones desde España y desde 2014 cuentan con un equipo de 200 personas que se encarga de la ingeniería mecánica, además de tener también el desarrollo del software aquí.
Perspectivas de futuro
Pese a todo, cada vez hay más fabricantes dispuestos a hacer smartphones en Europa, y también más proveedores. Europa solía ocupar un lugar central en la telefonía con Nokia y Ericcson, pero con la llegada de los teléfonos inteligentes se vio desplazada. Sin embargo, Dhalani es optimista con en cuanto a las perspectivas de futuro: «hay gente con ganas de hacer cosas y Europa necesita reindustrializarse».
bq ya ha logrado fabricar íntegramente en España algunos de sus productos electrónicos, como las impresoras 3D. Ahora puede parecer una quimera casi imposible, pero quizá no estemos tan lejos de poder contar con un smartphone íntegramente europeo y montado en España.