Los smartphones son productos caros, especialmente los de alta gama, y por tanto cuando se adquiere uno se espera que funcione a la perfección, y la más mínima duda sobre el producto se ve amplificada por los medios y las redes sociales, tenga o no un fondo real el problema, que en muchos casos lo tiene. Las baterías explosivas del Samsung Galaxy, las descargas eléctricas del LG G Watch o las pantallas amarillas del OnePlus One han dado mucho que hablar.

El pasado 9 de septiembre, Apple presentó a bombo y platillo sus nuevos dispositivos, el iPhone 6 y el 6 plus como si fueran la gran revolución de la telefonía móvil sin presentar nada realmente nuevo. Unos días después estallaba el escándalo: un señor dijo que su iPhone 6 Plus se había doblado después de sentarse sobre él varias horas -un aplauso para ese señor, también-.

Varios blogs se hicieron eco del caso y surgieron unos pocos casos similares más. Las redes sociales, como suele ser habitual, comenzaron a hacer mofa del asunto: versiones de los relojes blandos de Dalí con el teléfono de la manzana y millones de memes más con mayor o menor gracia. Los medios de comunicación, en esa moda tan absurda de elevar a titular un puñado de tuits para atraer visitas, no tardaron en recopilar los mejores comentarios y en unas horas todo el mundo lo tenía claro, el iPhone 6 Plus se doblaba: el Bendgate había explotado.

El bendgate es posiblemente el mayor caso de problema sobredimensionado de la historia de los smartphones, pero no es el único y no sólo afectan a Apple, hay terminales Android que también han tenido su ración de androidgates.

Ningún dispositivo se libra de los problemas

El teléfono perfecto no existe, tras usar cualquier teléfono durante el tiempo suficiente siempre acabas encontrando algún punto débil. Como se ve en el video de arriba, efectivamente le iPhone 6 Plus se dobla, pero tratándose de un terminal tan grande y delgado no es algo excesivamente extraño. De hecho, no es el único terminal con este problema: el Samsung Galaxy Note 4 también se dobla, no tanto, pero se dobla.

Además de doblarse, el Note 4 parece tener un hueco entre el marco y la pantalla. Según Samsung, este espacio es un elemento necesario de la fabricación, pero no nos explica para qué sirve. La firma coreana indica en el manual que es posible que con el tiempo se haga más grande. Toda una garantía para nuestra paz interior, aunque por ahora se han denunciado pocos problemas con este aspecto, sólo el tiempo y el uso real que los consumidores hagan de sus dispositivos dirá si esto sólo es un problema o una exageración.

 

Cuando las compañías agachan la cabeza

Ante un problema, lo mejor que puede hacer una compañía es reconocerlo y ponerse a trabajar en ello. Ese es el caso de LG, que ha tenido que reconocer un problema con su flamante G Watch, y no es un problema precisamente menudo: los pines de carga no distinguen entre la piel del usuario y la base de carga, por lo que no paraba de pasar corriente, causando quemaduras e irritaciones en la muñeca del usuario. SkyNet estaría orgullosa.

Por si fuese poco, la mezcla de sudor y electricidad causa corrosión galvánica en los pines, con lo que el dispositivo no se carga al ponerlo en la base. LG se ha visto obligada a recomendar a los usuarios que no usen su dispositivo hasta que solucionen el problema con una actualización del sistema que llegará vía OTA.

Sony se vio envuelta en un caso similar, pero sin descargas eléctricas al usuario, cuando liberó su actualización a Android 4.4.2 KitKat para Xperia Z, ZL ZR y Tablet Z, causando un notable aumento en el consumo de la batería. La compañía japonesa reconoció el error, pero la solución que propuso también fue digna del funcionario medio español: desinstalar la última versión de Google Play Services 4.4.52 y esperar a que Google publicase una nueva actualización.

Otras veces la reacción sí que es digna de aplauso -no sarcástico esta vez- como la de HTC y Google ante las quejas de que los botones físicos del Nexus 9 eran difíciles de encontrar al tacto. La empresa taiwanesa corrigió ese detalle en  sus siguientes remesas, haciendo que estos sobresalgan más. Los usuarios que compraron los primeros días pueden no estar muy contentos, pero este es un ejemplo de porqué conviene esperar un poco después de que un producto salga al mercado.

La técnica del avestruz: si no lo veo no existe

Pero las compañías no siempre actúan reconociendo el error y esforzándose -más o menos- en arreglarlo, en ocasiones prefieren negarlo y esperar que todo se solucione por arte de magia. Un caso fue OnePlus y su pantalla amarillenta. Tras una serie de respuestas vagas y poco precisas sobre el tema, explicaron que esta configuración más cálida estaba pensada para mejorar la experiencia de uso del dispositivo, y que en una futura versión se permitiría modificar la temperatura de color para configurarla al gusto de cada usuario.

Sin embargo, al poco comenzaron a surgir quejas de que el terminal tenía una banda amarillenta en la parte baja de la pantalla, posiblemente debido a pegamento sin secar en la parte baja de la pantalla. Los foros de OnePlus ardieron durante días. La compañía pasó de asegurar que eso también era una característica del terminal a acusar a los usuarios de falsificar las imágenes.

Más tarde accedieron a cambiar el terminal a quien lo reclamara, pero sólo un terminal y con coste de 50€. La insistencia de los administradores en cerrar y unir hilos con estos temas no ayudo en absoluto a calmar las aguas. El OnePlus One es un terminal magnífico a un precio inmejorable, pero las dificultades en su distribución y la reacción de la empresa ante los problemas pueden empañar su imagen de cara a futuros lanzamientos.

Cuando los problemas no son tan reales

Los Nexus tampoco se libraron de sus problemas, como la pantalla del Nexus 5 que brillaba demasiado, sin embargo otros problemas de los que se les acusó no eran tan reales, como el calentamiento del Nexus 4 -¿Qué teléfono no se calienta cuando le damos caña?- o la presunta fragilidad de sus antenas, algo que quedó desmentido con este droptest. El cristal sufrió daño, pero el terminal seguía funcionando sin problemas.

Hacer norma de un caso puntual

Las baterías explosivas de los Samsung Galaxy son otro problema que de vez en cuando resurge. Este verano el tema resucitó después de que una niña se encontrase su S4 convertido en una pequeña barbacoa después de tenerlo cargando debajo de su almohada.

Dejando de lado que cargar un teléfono debajo de una almohada no sea la más feliz de las ideas, Samsung ha vendido más de 40 millones de unidades. Un mal uso o una batería defectuosa pueden freír cualquier aparato electrónico, pero teniendo en cuenta los pocos casos que se han dado de este tipo en relación a las ventas está claro que son casos puntuales y que podemos estar razonablemente tranquilos y que la empresa coreana no nos está vendiendo nitroglicerina con 4G.

Este no ha sido el único caso de que ha afectado a la firma coreana, el Samsung Galaxy S tiene una larga lista que incluye reinicios, sobrecalentamiento, o un aviso de «kernel panic» nada tranquilizador. Recientemente se ha visto envuelta junto a Wilco y otras compañías en una serie de problemas en de reinicio de las aplicaciones adaptadas a Material Design debido a un problema de compatibilidades entre las librerías.

¿Lo ves o no lo ves?

En ocasiones Internet empieza a hablar de un problema que no habías notado con tu teléfono y al momento empiezas a sufrirlo, o creer que lo sufres. Un ejemplo claro es el problema del punto rosa en las fotos del Sony Xperia  Z3  y el Z3 Compact. Miles de internautas se pasaron horas ante fotos hechas sobre fondos blancos intentando determinar si había o no una mancha rosa en ellas.

Es posible que algunos terminales pudieran tener un problema bien con en el sensor de la cámara o con el software, pero lo que es seguro es que muchos dueños de estos terminales se pasaron bastante rato mirando una preciosa foto de una pared blanca creyendo ver una tenue mancha rosa donde no la había.

Motorola se ha enfrentado a algo similar con el lanzamiento de su Smartwatch Motorola 360. Al parecer, algunas unidades muestran una pantalla borrosa cuando llevan un rato en el modo fantasma -modo que se activa cuando pones a cargar el reloj convirtiéndolo en un despertador que muestra la hora y el nivel de carga-. Se trataba de un problema real que no tenía nada que ver con el efecto burn in que podía estropear las pantallas de algunos monitores más antiguos.

Como el punto rosa de los Xperia, este tipo de problema puede tener un elemento psicosomático importante: el problema no está ahí , pero al haber leído tanto al respecto en la red tú crees que sí que está, por eso es importante no obsesionarse y no dar mayor importancia al asunto a menos que los síntomas sean evidentes.

Indicios reales, conclusión falsa

Otras veces es un pequeño detalle real que dispara una conclusión completamente falsa, como el caso de Sony y el supuesto Spyware de Baidu. Google está prohibido en China y muchos fabricantes recurren a Baidu para sustituir los servicios de Mountain View en sus terminales que venden allí. Una carpeta con una API de Baidu y una conexión que establecen los Xperia con los servidores que Sony tiene en China dedicados a la localización remota de nuestros terminales en caso de pérdida fueron suficientes para que muchos concluyeran que Baidu nos espiaban a todos. Era totalmente falso.

El control de calidad de los dispositivos existe, pero no siempre es perfecto

Los smartphones son aparatos muy complejos y cada día lo son más. Cojamos el terminal que cojamos, si buscamos lo suficiente le encontraremos algún defecto, ya sea de hardware o de software. Es importante saber medir la importancia de este fallo y sobre todo no obsesionarse con él, y mesurar bien lo que leemos en la red.

Es posible que una serie de terminales tengan un fallo que no afecten a todos los de ese modelo, si cien unidades fallan dentro de un parque de 30 millones de móviles, lo más probable es que sea un problema puntual y no generalizado. Lo que sí es importante es ver la reacción de la empresa ante esos problemas, porque eso nos permitirá medir qué nos vamos a encontrar si nosotros tenemos un problema con un aparato de su marca y el respeto que tienen por sus clientes.