Hace unas semanas se anunció la integración de Uber y Spotify, el servicio de reproducción de música online por excelencia, con Uber, probablemente uno de los servicios más destacados en los últimos tiempos y casi siempre en portada por sus noticias, tanto para lo bueno como para lo malo. Los usuarios de Uber podrían escuchar su propia música durante los viajes.
Uber y Spotify
Desde el pasado viernes 21 de noviembre – día en que se activó esta integración en 10 ciudades de todo el planeta – se han ido sumando más y más zonas de cada país. Hace unas horas ha comenzado la actualización en España y, como podéis ver en las capturas, basta con conectar una cuenta de Spotify (Premium) desde la app de Uber y listo.
Desde ese instante, cualquier usuario que solicite un coche de Uber podrá también escoger la canción que sonará en él, seleccionando la música del catalogo cada vez mayor de Spotify o sus propias listas, de forma que una vez se monte en el coche ahí estarán sus canciones favoritas, pudiendo hacer de DJ desde el asiento trasero.
Lo «Guay» de Uber
Para muchos puede significar un detalle mínimo o secundario, pero Uber trata de hacer ver con este tipo de acciones lo divertido y diferente que puede ser viajar con su servicio, un transporte en el que te sentirás cómodo, como en tu propio coche. Un paso más hacia la modernización que venden, a la libertad de hacer lo que te de la gana sin legislación ni orden. Todo maquillado con fotos de gente guapa pero con gafas de sol oscuras, para taparse los ojos.
Lo no tan «Guay»
Un ingenioso movimiento de Uber para limpiar su imagen. Pero esto no lo hace más legal, es un gesto de cara a la población, a los medios, a los ecos. Porque Uber ahora mismo está implicado en esto: Uber y el sector del transporte público.
En España, el servicio que tenemos es UberPOP, precisamente al que el sector del taxi ha declarado la guerra por su falta de legalidad y ha sido por todo ese bombo mediático gracias al que ha conseguido escalar en usuarios y personas interesándose por él. Sin embargo, aunque muchos crean que Uber – u otra empresa con actividad similar – es el cambio que el transporte necesita (más con noticias como su utilidad junto a Spotify), no ayudan las polémicas. Los gestos han de hacerse con la administración que legisla no sumando funciones que desvíen el foco de lo realmente importante.
Emil Michael, vicepresidente de Uber, ha comentado a un círculo privado su intención de «atacar» a aquellos medios que hablasen mal de ellos e incluso dejaron ver la capacidad de sus ejecutivos para conocer los datos de ubicación y seguimiento de cualquier cliente, pudiendo usar esa información para destapar detalles privados de aquellos que les señalasen.
Al Señor Emil, desde aquí, queremos dedicarle un afectuoso saludo si cree que intimidando a los medios que informan va a conseguir que su servicio llegue a molar tanto que oculte todas sus carencias. Yo quiero un servicio de chófer a buen precio como Uber, claro, pero que no me tomen por idiota comprándome con una playlist de Spotify….No quiero ser un señalado por usar un servicio al margen de toda legalidad, ni como usuario ni como medio que informa.