Se ha hablado mucho acerca de la renovación temprana de algunos buques insignia. Durante el pasado IFA de Berlín hemos visto un nuevo modelo de la gama Sony Xperia, los nuevos Moto, una renovación para la gama Desire y el Note 4. También hemos visto apariciones bastante llamativas como la del todopoderoso Ascend Mate 7.
El tema que nos concierne hoy es sobre renovar cada seis meses (o menos) el flagship de la marca. Como es lógico, este ciclo tan continuado provoca que las novedades entre una y otra generación sean poco apreciables. Vamos a ver un pocos cuáles podrían ser las ventajas y los inconvenientes de esta decisión.
Sony, innovación incremental
El Xperia Z2 fue uno de los buques insignia con mejores resultados a principios de año. Pero la lucha ha estado muy reñida y cualquier detalle, ya sea en la cámara, batería o diseño, hace que los clientes se decidan por otro dispositivo. Para la empresa nipona el argumento es fácil; todos aquellos que estuvieran pensando comprar un Z2, ahora tendrán mejores motivos para hacerse con un Z3.
Aquí no se trata de que las dos generaciones compitan, simplemente se sustituye un modelo por otro. ¿Con esto qué consiguen? Pues tener su flagship a la última, lo más avanzado posible. Y si seis meses os parecen pocos, siguiendo esta idea podríamos tener un nuevo Xperia Z cada mes (si no fuera por los problemas logísticos que ello conlleva). La cuestión es que cuando el cliente pregunte por el mejor terminal actual disponible, siempre haya un smartphone de su marca en el top.
La desventaja de esta estrategia es la devaluación más rápida de su anterior modelo, que si no fuera por la aparición del nuevo podría seguir vendiendo a un precio más alto.
HTC, fortalecer posiciones
En el lado contrario tenemos a HTC (excepto si deciden sorprendernos con un One Prime antes de año, cosa que creemos que no ocurrirá). Ellos presentaron su HTC One a primeros de año y siguen manteniéndolo como su buque insignia durante todo este tiempo. No hay actualmente ningún HTC que ofrezca mejores resultados que el M8 pero el paso del tiempo es inevitable y la competencia aprieta.
¿Cuál es la ventaja de mantener al M8 durante tanto tiempo? Por un lado fortalecer la imagen de marca creada con el One. Ellos confían en las posibilidades de su gama alta y lo crearon para seguir siendo el mejor durante un año. Da igual que haya otros con mejor pantalla, mejor procesador o mejor cámara, su apuesta por la calidad de construcción no podemos decir que se haya superado.
Esta convicción además les permite seguir vendiendo más unidades, mantener el precio, analizar ventas y centrarse en potenciar la siguiente generación a nivel de marketing y producción. Focalizarse en pocos productos tiene grandes ventajas. Y de cara al usuario el mayor cambio cuando saquen su futuro flagship dará la sensación de una gran innovación.
LG, diferenciarse en las fechas
El caso de la surcoreana y su LG G3 podría ser parecido al de HTC. El diseño también es su fuerte, aunque no por la construcción si no por su tamaño compacto y su pantalla de gran resolución. La estrategia de LG ha pasado por esperar a que la tecnología estuviera lista y lanzar el terminal.
A principios de año estará en una situación parecida a la de HTC ahora. Si LG presenta durante el MWC un LG G3 Prime no habrá pasado tanto tiempo pero claro, para el año que viene ya no podría repetir estrategia. Como vemos, no solo importa el periodo entre flagships, también las fechas en la que estos aparecen.
Motorola, extender el ciclo de vida
El caso de Motorola es especial. Y es que su estrategia pasa por aprovechar el tirón comercial de sus anteriores modelos, algo que solo puede realizarse en casos puntuales de éxito rotundo como el del Moto G (y en menor medida del Moto X).
Los ex-Google han esperado casi un año para renovar su smartphone, pero gracias al éxito han querido mantener el nombre. Los cambios sí son apreciables (ha pasado un año) pero no tanto, el procesador sigue siendo el mismo, la resolución y el diseño del Moto G. ¿Qué ocurre? Pues que han aprovechado lo adelantados que estaban en su día para relajarse ahora. Eso sí, el factor precio sigue imbatible. ¿Creéis que para el IFA de 2015 podrían sacar el nuevo-nuevo Moto G?
Con el Moto X también se mantiene el nombre, pero hay más cambios. Es de agradecer que hayan innovado en funciones como los nuevos comandos de voz personalizados o un diseño más premium. También se nota el paso del tiempo con la evolución del S4 Pro + X8 al nuevo Snapdragon 801AC (que ya tiene incluidas esas funciones diferenciadoras del X8).
¿Cuál es el problema del Moto X? Su batería, 2300mAh se quedan cortos y ahora en 2014 pueden ser suficientes (de hecho mejora al Nexus 5), pero de cara al año que viene se quedará claramente por detrás. Entonces será cuando tengan que plantearse pasar a un ciclo de renovación de seis meses en vez del de un año. Eso o confiar en las capacidades del nuevo Moto X tal y como han hecho ya.
Samsung, alternar dos flagships por año
Un Galaxy S5 Prime podría haber tenido sentido durante este IFA 2014. ¿Pero por qué eclipsar al Note 4? La estrategia de Samsung pasa por renovar cada seis meses, pero únicamente uno de los dos flagships que tiene. Una ventaja lograda anteriormente y que los otros fabricantes de momento no tienen (¿lo conseguirá Sony con su Compact?).
Además Samsung pretende crear otra línea más, la Alpha. Este próximo MWC 2015 ya habrá pasado un año y para la empresa surcoreana el S5 Prime no tendrá sentido, la aparición del Galaxy S6 sí. Con pantalla QuadHD como la del Note 4 y a poder ser con el Snapdragon 810.
¿Qué creéis que es mejor? ¿Renovar cada cierto tiempo para mantenerse actualizado o esperar al año para dar un salto que se aprecie?