Google Maps, historia de amor y odio
Google Maps, posiblemente una de las mejores 10 aplicaciones móviles jamás creadas para uno de los mejores 10 servicios online jamás creados. Desde sus comienzos Google ha mimado Maps como a ninguna, y desde la web hasta su aplicación para Android hemos recibido actualizaciones constantes, siempre buenas, siempre hacia algo mejor.
Quizás haya sido una herencia de mi fanatismo hacia los navegadores GPS allá cuando TomTom era tan popular, pero desde que Google Maps empezó a ser un servicio robusto se convirtió en uno de mis favoritos. Recuerdo la primera tablet que tuve y la sensación de usar Google Maps en esta por primera vez, fue una experiencia única que recordaré siempre como enamorado de las apps móviles. La fluidez, experiencia de usuario, nivel de control… todo estaba cuidadísimo.
Deberíamos empezar partiendo del servicio en sí, ya que de ahí viene todo. Google Maps no deja de evolucionar, y ahí está la clave de su éxito. Primero mapas, después vista aérea y de satélite, más adelante rutas, transporte público, street view… dominar la herramienta nos sirve para mucho más que encontrar sitios. Y lo increíble es que siguen evolucionando hacia más, presentando nuevas características y añadidos tan interesantes como poder bucear por el océano o visitar la Torre Eiffel desde casa.
Pero lo que nos interesa a los usuarios Android es la aplicación móvil. Particularmente me da la sensación de que desde hace ya mucho, Google Maps está tan integrada y damos tan por hecho su buen funcionamiento, que cada vez contamos menos con Maps como una aplicación, si no como un servicio que está ahí y que no nos va a fallar. Puede que exagere, pero uno espera que Google Maps esté ahí funcionando y haciendo su labor en un smartphone como lo hace la agenda de teléfonos.
Quizás por eso no lo valoremos tanto, y es cuando llega una actualización que nos damos cuenta de lo importante que es, lo bien que funciona y lo que nos encantan sus novedades. En el pasado han llegado cosas que se han quedado y otras que se han ido. Podemos recordar cuando se introdujo la descarga de mapas offline, la integración con Latitude, las recomendaciones y búsqueda de locales y comercios, el cambio de interfaz, sobre todo con el estilo Google Now, o cuando por fin se pudo empezar a usar Street View.
Ha habido de todo, cosas buenas y cosas malas, pero la línea general siempre ha ido hacia mejor. Al menos hasta ahora, ya que la última actualización de Google Maps ha sido la más polémica de todas. Por un lado tenemos las cosas buenas, que están y son muchas. Destaca sobre todo la nueva interfaz, con mapas más accesibles y sencillos de utilizar. En este aspecto me encanta, y creo que han hecho un gran trabajo. Además se mejora la navegación (en parte) y sus opciones, así como las recomendaciones.
Pero no todo es así de bonito. Para empezar hemos perdido Latitude, que ahora encuentra su hogar en Google+ en lo que parece otro de los intentos por reorganizar los servicios y llevarlos hacia su aspecto social, dando siempre prioridad a dicha red frente a otras aplicaciones. Existen alternativas a Latitude, pero son todas parciales, y es una pena que Google la elimine de Maps, una mala noticia que sólo era el comienzo que iba a hacer girar esta historia del amor al odio.
Después vino la polémica de los mapas offline. La opción de descargarlos ya no existe, y ahora la única forma de hacerlo es introduciendo en el buscador «OK Maps» en la zona que queremos descargar. El problema de esto es que sólo pone en evidencia lo mal que había funcionado siempre esta herramienta, ya que es raro encontrar un sitio donde no nos de un error y nos deje descargar sin problemas. Los mapas offline no son el fuerte de Google Maps, y esto es una forma de apartarlo del conocimiento general, ya que se trata de una forma de hacerlo alternativa que pocos conocen.
Pero todo esto no es lo peor. Se han perdido muchas otras cosas como «Mis Lugares» (Google asegura que volverá en próximas actualizaciones) y la opción de seleccionar puntos del mapa desde la opción de navegación, lo cual nos lleva a soluciones muy enrevesadas cuando queremos navegar de un punto a otro del mapa sin tener que introducir la dirección, sólo marcándolo en este. Tampoco tenemos la opción de cargar archivos KML, y nos encontramos con un sinfín de pequeños detalles que han desaparecido.
Da la impresión de que Google ha querido limpiar tanto la interfaz de Maps que se ha cargado la mitad de cosas por el camino, haciéndolo más bonito y ordenado, pero mucho menos funcional (en ocasiones parece que han actualizado a una versión de un nuevo Maps todavía en pruebas). No tengo ninguna duda de que Google podrá corregir todos estos problemas, pero a día de hoy era mejor aplicación la última versión del anterior Maps que la primera de este nuevo, y habernos forzado a usarlo (al menos a los usuarios con Android 4.1 o superior) no parece la mejor opción.
Por ahora sólo nos queda esperar y confiar en que todo esto se solucionará lo antes posible, devolviendo esos pequeños detalles que hacía Google Maps una de las mejores aplicaciones jamás hechas.
Cuéntanos cómo va tu experiencia con el nuevo Google Maps. ¿Crees que es una cuestión de acostumbrarse o que efectivamente hay muchas cosas que corregir?