El día de ayer la ITC (International Trade Commission, comisión de comercio internacional) de los EEUU tomó la decisión de prohibir la importación de varios dispositivos fabricados por Apple: el iPhone 4, el iPhone 3GS, el iPhone 3, el iPad 3G y el iPad 2 3G. Aunque la decisión será apelada por los abogados de Apple, si se llega finalmente a ejecutar supondrá que la compañía de la manzana no podrá seguir vendiendo esos modelos en tierras norteamericanas, además de las posibles consecuencias económicas de una multa.
Por supuesto, ahora quedan las apelaciones, las quejas y el alargamiento incansable del proceso, que harán que seguramente no volvamos a leer de este tema en un tiempo. Pero el hecho está ahí: Apple ha sido condenada por infringir una patente de Samsung en sus productos, y en consecuencia no podrá venderlos. La pregunta es ¿cómo afecta esto a Android, si es que lo hace?
Esta es una más de las batallas en las que están enzarzados Apple y Samsung, dentro de esa gran guerra por la dominación mundial del mercado de dispositivos portátiles. Por una parte, es normal que haya este tipo de enemistades entre las dos compañías más importantes del sector, pero por otra no deja de ser triste que todas esas diferencias no se puedan dirimir en los mercados, y vean necesario implicar a jueces y políticos. A veces gana Apple, y a veces gana Samsung, pero lo que es seguro es que los más afectados son los usuarios finales, que ven cómo desaparecen productos del mercado de manera arbitraria, y las compañías más pequeñas, que tienen que andar con pies de plomo cada vez que crean un producto por miedo a recibir la furia de los abogados de las más grandes.
Y es que esta guerra entre Apple y Samsung es el ejemplo perfecto de porqué, a veces, el sistema de patentes puede ser abusado de una manera espectacular. Incluso existen compañías dedicadas a obtener patentes, a cada cual más absurda, y demandar al primero que se le ocurra crear algo remotamente parecido. Por culpa de esta actitud, la innovación sufre, los procesos de creación se alargan y encarecen, y en general hace que vivamos en un mundo en el que salir al mercado a competir es increíblemente difícil, sino imposible.
Para Android, esta última decisión de prohibir la venta de algunos dispositivos iOS no debería afectarle directamente, ya que se tratan de modelos que, aunque se siguen vendiendo, consiguen unas ventas mensuales ridículas comparadas con los últimos modelos de Apple, y de hecho pronto estarán descatalogados. Sin embargo, si que le podría afectar indirectamente. Está claro que Apple no se va a quedar quieta después de esta decisión, y renovará sus hostilidades contra todo lo relacionado con Android a través de Samsung. Además, el hecho de que la patente de Samsung fuese sobre un estándar de comunicación abre la puerta a que otras compañías presenten demandas similares entre sí, emponzoñando aún más el panorama.
Al final, no está claro que nadie haya «ganado» con esta prohibición de algunos dispositivos de Apple. Mas bien parece que hay más perdedores, incluidos los usuarios.