La pasta y las salsas, el agua y las plantas, el bacon y el chocolate… hay cosas en este mundo que desde que nacieron sabes que están destinadas a entenderse. Y de una de ellas vengo a hablaros hoy, de Android y los nuevos coches autónomos de Google.
Como sabéis todos, Google trabaja en muchos tipos de proyectos diferentes, herramientas que puedan resultar de utilidad a otras ya existentes en su vasto ecosistema, y otras menos destinadas a ese efecto y que son simples experimentos que quizá podrán ser aprovechados en un futuro. Lo que quizá sepáis menos gente es que uno de esos proyectos eran coches comerciales autopilotados.
Pues bien, hace poco hemos recibido la noticia de que esos vehículos han finalizado un recorrido de prueba de 300.000 millas (480.000 km) sin un solo accidente y con resultados de pilotaje completamente satisfactorios.
Puede que algunos no lo veáis del todo claro porque no se me ocurren, la verdad, dos proyectos más dispares que un sistema operativo de telefonía móvil y uno de piloto automático para vehículos, pero, precisamente es gracias a la magia de los chicos de Mountain View y la interoperabilidad de su ecosistema a lo que podríamos deber la eventual simbiosis de estos dos entornos.
Pero, como estos son proyectos de futuro, ahora podemos jugar a imaginar. Antes de nada, aclaremos que son proyectos de futuro porque esos casi medio millón de kilómetros son una distancia muy pequeña como para sacar ninguna conclusión, y mucho menos como para lanzar al mercado un producto que podría afectar a la seguridad de mucha gente (sobre todo en ciudades). Además, ahora mismo el coste de fabricación y la usabilidad de uno solo de esos vehículos es prohibitivo más allá de entornos experimentales, por lo que lo único que podemos hacer por ahora al respecto es jugar a imaginar cómo sería esto.
Por un lado, el disponer de un vehículo inteligente con capacidad de ser autónomo podría permitirnos relajarnos al volante, imaginad por ejemplo que os llaman mientras estáis conduciendo, y entonces vuestro coche os informa de la llamada y pregunta si queremos responder, pero en lugar de lanzar la llamada al manos libres, si le respondemos que sí, simplemente comienza a conducir él dejándonos responder al móvil disponiendo de todas las opciones de nuestro móvil.
Esto puede parecer trivial, porque disponemos de sistemas para responder sin soltar las manos del volante ni dejar de prestar atención a la carretera, pero puede ocurrir que necesitéis realizar o recibir una llamada yendo en el coche y que prefiráis que la conversación sea privada, porque la persona que os acompañe en el automóvil no deba saberlo (por ejemplo una conversación de trabajo mientras llevas a un amigo en el coche) o simplemente porque no sea una llamada, sino que deseéis responder a un tweet o a un correo electrónico mientras vais en marcha.
Además, con estas cosas podremos superar a la ficción, imaginad que vais a una cena y no os apetece esperar a un bus, o el conductor que os iba a llevar a casa falla por algún motivo. Sacáis entonces vuestro Android y usando vuestra aplicación Google Car contactáis con vuestro coche que recibe las coordenadas donde nos encontremos, y, comparando el resultado con una consulta a Google Maps elige una ruta, nos consulta si hubiera peajes o similares y parte inmediatamente para poder acompañarnos en nuestro destino, solucionándonos una incómoda papeleta unos años antes, ¿no sería maravilloso tener nuestro propio KITT al que poder llamar para que venga a recogernos?
Pero falta una de las aplicaciones más prácticas para mí. Imaginad que dirigís una empresa de mensajería. Obviamente los repartos siguen teniendo que hacerse a mano, porque necesites ciertas verificaciones que a día de hoy una máquina no puede realizar. Sin embargo, el movimiento de vuestros camiones o furgonetas más cargados por carretera se convierte en una misión más sencilla, pues simplemente hay que esperar a que esté cargado para notificar inmediatamente al vehículo que puede partir a destino y que salga solo. Quizá no podamos mantenerlo a la misma velocidad que podría mantenerlo un transportista porque la máquina deba tener ciertas precauciones, pero la máquina no necesita parar en el recorrido, no se cansa y eso podría permitir viajes en la práctica más rápidos sobre todo en largas distancias. Y todos estos controles desde un teléfono Android, o quizá desde una nueva aplicación en nuestro navegador, como todas las que van saliendo.
Como veis, un futuro prometedor, y estas son sólo algunas de las muchas aplicaciones que esto podría tener, ¿qué opináis? ¿veis los coches autónomos como algo posible? ¿os compraríais un (por ejemplo) Toyota Nexus?
Fuentes: Mashable