El otro día me pasó algo que he visto demasiadas veces, a y lo que desgraciadamente hasta ahora no había prestado mucha atención. Podríamos decir que mi reacción dormía dentro de mí, y necesitaba un detonante más para salir fuera.
Quedé para tomar algo con unos amigos, y uno de ellos tiene un HTC ChaChaCha. Nunca he trasteado con este terminal, y me llama mucho la atención, así que me puse a toquetearlo. Mi primera impresión fue buenísima, y la pantalla funciona genial. Le dije que me parecía un teléfono muy bueno, sobre todo por el bajo precio que tiene, y que tenía pinta de funcionar muy bien, al menos si lo que quería era un terminal con teclado físico. El problema vino cuando le pregunté qué le parecía a ella, y dijo que no le gustaba nada, que quería un iPhone. Nos os voy a desvelar aún sus razones, prefiero dar un repaso a esta situación que tantas veces he visto.
Android es un sistema, no una marca como Apple
Esto es lo primero que hay que entender. Cuando no nos gusta un terminal Android no tenemos que salir corriendo a Apple y comprar un iPhone suponiendo que porque un Android es malo, lo son todos. Ojo, yo no tengo nada en contra de que la gente se compre un iPhone, y es más, si es el teléfono indicado para alguien es el que debería comprar. Para cada persona hay un terminal adecuado, y ese es el mejor para esta. Esto no es una ciencia absoluta, cada caso es un mundo.
Volviendo al tema, es algo que hay que tener muy claro, Android no es una marca con un sistema operativo que mete en sus teléfonos, es un sistema y las diferentes marcas son las que hacen los teléfonos usando ese sistema operativo. Lo único que sería comparable a «No me gusta este Android así que me compro un iPhone» es si Google fabricase diferentes modelos de Nexus, pudiendo alegar que si uno es malo no nos vamos a arriesgar con otro de la misma marca.
Aún así, cuando una persona dice que no le gusta el ChaChaCha y que por eso tiene que irse a un iPhone, estamos comparando churras con merinas, y es que ya me diréis vosotros lo parecidos que son uno y otro. Sin embargo son estos terminales Android los que hacen que la gente se pase a comprar un iPhone cuando vienen del sistema operativo de Google. Y ojo que el ejemplo es con un ChaChaCha, el cual considero un buen terminal, os podréis imaginar la cantidad de veces que esto pasa con teléfonos Android relamente malos.
La memoria interna, principal caso de fugas
A pesar de que considere el ChaChaCha un terminal decente, tiene el mayor problema que sufren los terminales Android de gama baja y media, la escasa memoria interna. Esta fue principalmente la razón que llevó a mi amiga a decir que quería comprarse un iPhone: «¿Cuántas aplicaciones tienes instaladas? Porque yo tengo 5 y ya estoy mal de memoria». Y es que claro, el ChaChaCha tiene 512 MB de memoria interna, que con lo que queda utilizable para el usuario, el número de aplicaciones que podemos instalar se reduce mucho, aunque usemos aplicaciones para pasarlas a la SD.
Por muchos trucos que usemos, al final todos hemos tenido problemas con la memoria interna de nuestro terminal Android si hemos tenido uno de estos con 512 MB o menos. Yo lo viví con la Magic, la Desire y el Nexus One, y hoy en día muchos terminales siguen teniendo este problema, que es la principal causa de que los usuarios digan que Android es malo y que se van a iPhone. Creo que es fácil así visto darse cuenta de que la comparación no tiene ningún tipo de sentido, ya que el teléfono por precio y características que no nos tendría que gustar de Android para pasarnos a iPhone es el Samsung Galaxy S III, no el HTC ChaChaCha.
Y mucho ojo a esto que digo aquí, porque si alguien prueba el SGSIII, el HTC One X, el Xperia S o muchos otros de la gama y se pasa a iPhone porque estos no le gustan, me parece perfecto, pero lo que no tiene sentido es cambiar a un iPhone porque no te gusta el HTC ChaChaCha. O al menos porque tenga poca memoria interna, otra cosa es que no te guste cómo funciona Android, la gestión de contactos, la pantalla principal con widgets, la barra de notificaciones…
La memoria interna es sólo uno de los ejemplos que hace que la gente que prueba un Android malo se pase a iPhone, hay muchos más, como puede ser la lentitud por un mal procesador, poca RAM o una muy pobre cámara de fotos. Aunque hay que tener algo más en cuenta, no son Android malos en si, son terminales baratos en los que compras lo que pagas.
Entonces, ¿me tengo que gastar un dineral en un Android?
Después de todo esto parece que estoy diciendo que uno tiene que comprarse un Android de gama alta para poder disfrutar de este sistema operativo. Si tenemos que descartar todos los teléfonos Android de gama baja y media al final es lo mismo que Apple, un sistema operativo con un solo teléfono (o unos pocos), ya que el resto no sirve de nada.
Pues no, esto no es así. El problema del que hablamos es cuando uno topa con un terminal Android que está por debajo de la media de lo que el mercado de este sistema operativo ofrece. Además se extiende a aquellos que eligen uno que no cumple sus expectativas. Por lo general todo viene cuando la operadora nos ofrece un terminal, y vamos a por el gratis o el que es muy barato. En el caso de mis amigos ha pasado muchas veces algo así como «Ah si, mi amigo Danny tiene un Samsung Galaxy S II y dice que le va genial, me quedo con el ChaChaCha que también tiene Android». Y eso acaba en que como no te gusta el ChaChaCha hay que irse a iPhone.
Sin embargo existen muchísimos terminales Android de bajo y medio coste que son excepcionales, y cada vez más. Yo de hecho cada vez los estoy recomendando más, porque antes tenían más problemas, pero cada vez es más fácil no gastarse un dineral en un teléfono y dar con uno muy bueno, que es precisamente una de las mayores ventajas de Android.
Lo principal aquí es darse cuenta de lo mismo que siempre. El mejor terminal es el que más se adapta a uno, no del que mejor hablan en Internet. Vale que objetivamente unos irán mejor que otros, más rápidos y harán mejores fotos, pero no todo el mundo tiene por qué necesitar eso. Lo bueno de Android es que podemos jugar con eso y gastar más o menos dinero para que nuestro teléfono se adapte mejor o peor, y ahí está la clave. El problema que hoy planteamos es cuando uno da con un Android que no se adapta para nada a él o que es una auténtica basura. No hay que huir hacia iPhone sin darle más vueltas, puede que este sea perfecto para vosotros, pero puede que haya un Android esperando que te vaya a gustar mucho más.