Hace ya un tiempo que Nvidia viene ofreciéndonos (junto a otros fabricantes) mejores juegos gracias a la evolución de sus tecnologías y al uso que los desarrolladores hacen de estas. Llevan años trabajando en el campo de la tecnología de procesamiento gráfico, alternando el liderato con AMD (la antigua ATI) en PC y, desde hace relativamente poco, permitiéndonos disfrutar de gráficos de infarto en móviles.
Pues bien, siguiendo el espíritu innovador que les caracteriza, nos han traído una tecnología nueva, cuyos resultados están sorprendiendo muy gratamente en las primeras pruebas: Nvidia Grid GPU.
Para los que no estéis familiarizados con ello, Nvidia Grid se basa en un concepto similar al de OnLive, una plataforma caracterizada por ofrecer juegos en streaming mediante suscripción. Si conocéis servicios como Netflix o Youzee sabréis en qué consiste acceder a contenido por suscripción, si no, os recomiendo probarlo para que lo entendáis. Simplemente creas una cuenta, pagas una cuota mensual y disfrutas de una serie de productos desde cualquier dispositivo que pueda acceder al servicio.
¿Cual es la novedad entonces? Pues la novedad es que estos servicios se usaban con contenido multimedia, pero no con juegos. Si usáis el ordenador para jugar, sabréis que mantener al día el hardware de nuestra máquina para que pueda reproducir lo más nuevo con unas buenas características no es precisamente barato. Sin embargo, con OnLive o el próximo Nvidia Grid podemos hacerlo desde otros dispositivos mucho menos potentes, pues el procesamiento se hace en un ordenador situado a mucha distancia de nuestra casa, un servidor dedicado a ello, y nosotros solamente recibimos imágenes acordes al estado de nuestras partidas.
Todas las compañías van poco a poco subiéndose al carro de la nube, y habiendo abierto OnLive la veda está más que claro que los fabricantes más clásicos de estos sistemas iban a hacerlo tarde o temprano, la cuestión no era si iban a hacerlo o no, sino cuando.
Para esta iniciativa, Nvidia ha sido la encargada de montar una impresionante infraestructura para mover el contenido, mientras que a la vez se ha asociado con la empresa GaiKai, que es una de las mayores exponentes en el concepto cloud gaming, para proporcionar la mejor experiencia posible de usuarios.
De momento Android ha sido confirmada como plataforma que va a alojar el servicio, pero no es solamente para móviles, se ha confirmado que podremos disfrutar de ello en SmartTV’s o tablets y es de suponer que los PC podrán disfrutar de la misma tecnología.
Podemos pensar que es una chorrada, pero, si no tenemos barreras de hardware para jugar a juegos tecnológicamente muy avanzados, ¿cuál sería el problema de la fragmentación? Solamente necesitaríamos que la plataforma de ejecución de los juegos creara imágenes al tamaño adecuado, y viniendo desde un PC (que sería el caso) no suele ser tanto problema el escalado. Es decir, uno de los problemas más graves de Android quedaría prácticamente solucionado. Además, de esta forma podemos jugar en cross-plattform,porque hará falta un software muy similar para poder jugar en cualquier dispositivo, desde Android hasta iOS o Windows Phone 7.
Sin embargo, como todo, tiene sus pegas. ¿Habéis intentado ver video en HD en streaming con las pedazo de mierdas estupendas conexiones de red que disfrutamos en España? Es imposible estar más de dos minutos y que no se quede colgado cargando a la mitad, ahora imaginad que estáis jugando y os ocurre eso mismo, en medio de un partida todo se para, cargando, recibiendo datos, y cuando nos damos cuenta han pasado unos segundos. Puede parecer poco tiempo, pero en juegos de prácticamente todo tipo, pero sobre todo en multijugadores tanto cooperativos como de enfrentamiento, poder reaccionar en décimas de segundo supone la diferencia entre disfrutar de una gran experiencia de juego, o acabar complétamente defraudado con el programa en cuestión.
Aunque, para ser francos, la gente que ha probado OnLive afirma que funciona decentemente, así que habrá que ver cómo evoluciona el asunto para saber si estamos ante una experiencia de juego revolucionaria, o si simplemente nos encontramos con un nuevo fiasco.