Hace apenas unos días, os dimos una noticia relacionada con el crecimiento de Android tanto en el mercado americano como el chino, y por tanto se están empezando a fabricar muchos terminales en este último país, de diferentes marcas, modelos y prestaciones. Eso, a priori, es muy positivo, pues demuestra la buena salud de este SO así como la aceptación que tiene entre los diferentes mercados, de tan diferentes culturas, al mismo tiempo.
Pero hay que tener algunos aspectos en cuenta que tal vez puedan no serle tan beneficioso a Android como pueda parecer en un primer momento. Es cierto que cuanto más mercado abarca un producto o compañía, mejor, ya que tanto en ingresos como en «popularidad» (entrecomillado, ya veréis porqué), es un impulso potencialmente atractivo. Para saber a que me refiero es tan sencillo como pararse a pensar un poco en lo que ya está pasando actualmente en referencia a este tema. ¿No sabéis a qué me refiero?
Android es una basura. Android es muy lento. Android va muy mal.
Estas son algunas de las frases que pueden oírse, sin ninguna duda, cuando hablas con alguien que ha tenido un Android, digamos, de gama baja (o muy baja). Pero el caso no es que ese teléfono sea de gama baja y por tanto hay que atenderse a sus prestaciones, sino que la mayor parte de la gente tiende a comparar. Y, como no, la tendencia suele ser comparar el Barça con el Madrid, solo que aquí no es exactamente así. Vamos, que aquí muchas veces se comparan 2 equipos de futbol, pero de ligas distintas. Ya me se entiende, ¿no?.
Luego hay otro punto que debemos considerar: por norma general (sin intención de generalizar), la tendencia es que gran parte de lo que sale de china suele ser de dudosa calidad, ya sea electrónica, ropa o destornilladores. Así que teniendo en cuenta estos 2 aspectos, es fácil deducir por donde van los tiros.
De todos es sabido que Google basa sus ingresos mayoritariamente en publicidad, y Android le genera un gran tráfico de ésta, así que en parte pueden estar contentos, peeeero yo tendría algo de cuidado.
Como hemos comentado, es inevitable comparar, pero comparar entre «iguales». Y aunque no venga al caso, y a sabiendas de recibir más de un comentario fuera de contexto, lo voy a hacer. El rival a comparar en este caso no es otro que RIM WP7 Symbian iOS. Con todo lo que ello conlleva. Es muy fácil comparar Android con iOS, pero eso no siempre es equitativo.
Comparar iOS en teléfonos es hablar de iPhone (su último modelo), pero comparar Android es más complicado. Para ser justos, se debería comparar el primer teléfono con un Galaxy Nexus o similar; de lo contrario no sería una comparativa justa. Y aquí es donde entra en juego el hablar de la competencia y comparaciones, porque lo bueno se extiende rápidamente, pero lo malo ya ni os cuento, así que retomemos el tema central resumiendo lo anterior.
Falacias, esas grandes compañeras
O lo que es lo mismo, caemos en una falacia, pero que puede tener efectos muy negativos, como suele ocurrir en estos casos.
El hecho de aumentar la producción de terminales con Android en china, de marcas que tan siquiera se conocen, y que su mercado esté tan en alza, puede provocar que mucha gente que adquiera un terminal barato (por eso de no querer gastarse mucho dinero y tal y cual pascual), acabe teniendo en sus manos un producto que poco o nada tiene que ver con lo que puede dar de si el SO Android, pero que inevitablemente ya se hará una idea de que un teléfono con Android es un mal teléfono.
De la misma manera, al igual que aparecen muchos terminales, también aparecen muchas app’s provenientes de desarrolladores chinos que hacen principalmente sus aplicaciones para su público (chino), y que en muchas ocasiones no se preocupan en traducir tan siquiera al inglés. Muchas de esas aplicaciones son realmente buenas, pero son prácticamente inutilizables para alguien que no es de ese país o domina ese idioma.
Y con esto llegamos al fondo del asunto. Está bien que un SO gane mercado fuera de «su territorio», y mejor aún que la gente lo conozca, pero es más importante que esa popularidad (retomemos el entrecomillado del principio) sea positiva y no negativa, como puede llegar a ser el caso de este tema. Por muchos ingresos que te genere un producto, por mucha popularidad que te reporte, debes tener en cuenta los demás aspectos, y yo si fuera Google intentaría poner algún tipo de control en cuanto a la fabricación de teléfonos se refiere (entre otras cosas), ya que lo que está en juego no es solo tu popularidad, sino tu reputación.
Peeeeero entramos nuevamente en terreno pantanoso. Que si Android es libre, que si hace esto se volverá como otros, que si está violando los estándares del opensource… Es cierto, es algo complicado, pero no deja de ser un tema delicado ya que todo el trabajo que has hecho para llevar un producto a lo más alto puede venirse abajo en cuestión de nada, y si ya es difícil para el público en general no comparar un HTC Wildfire (Aondroid), por ejemplo, con un iPhone (iOS), y llegar a la conclusión de que el segundo es infinitamente más rápido, más potente y, en definitiva, mejor que el primero, ni os cuento la mala publicidad que puede acarrear el comparar un móvil como quien dice sin marca, con unas prestaciones más que ridículas, mal adaptado y peor optimizado.
Así que personalmente creo que el hecho de que cada vez salgan más variedad de teléfono del mercado chino puede no ser tan bueno como parece, y si no van con cuidado, puede jugar en su contra. Ahora, quedan a vuestra disposición los comentarios para debatir entre todo este tema, que seguro que hay una gran diversidad de opiniones, todas igual de validas que cualquier otra.