Este último punto es el que puede haber llevado a Google a tomar tal determinación, debido a que la relación a 3 bandas (Programador de SO, fabricante y operador de telefonía), se torna muchas veces engorrosa, diluyéndose los límites y las responsabilidades de cada facción; esto lleva a situaciones como la de la Magic o la Dream, en la no queda nada claro quién debe actualizar la base del sistema; esto acaba perjudicando a los usuarios siempre y daña la imagen de las 3 partes, por lo que Google ha empezado a pensar en cómo quitarse a fabricantes y compañías telefónicas de en medio (aunque suponemos que económicamente también será muy positivo para el gigante americano…).
Para la fabricación del terminal, utilizarían procesadores Qualcomm (como el SnapDragon del que tanto hemos oído hablar en este blog). Este fabricante es prácticamente el único que utiliza su gran aliada hasta el momento (y a la postre la gran perjudicada si finalmente Google da el paso), HTC. Esto es realmente lo único que se sabe acerca del hardware que tendría el supuesto gPhone, porque el resto de características hablan más de un sistema «amigable» y «sencillo», cosas poco claras. Lo que sí está claro es que la distribución pasaría directamente a los puntos de venta, por lo que la relación sería Google->Tienda->Consumidor.
Veremos en qué queda todo esto, porque los rumores de un teléfono de Google son un clásico… De cualquier manera esperemos que la idea salga adelante, porque parece ser que el terminal sería económico y eso le haría ponerse las pilas a muchos fabricantes respecto al precio de los terminales.
______________REFLEXIÓN, abstenerse vaguetes ;)________________
2 años después, nos encontramos con que Google ha tenido un éxito sin paliativos en su apuesta, especializándose en crear un sistema operativo estable y ágil; ha conseguido calar entre la gente gracias a su apuesta por el código abierto y a una imagen desenfadada que ha impregnado a Android de un halo de simpatía que se une a la imagen de eficacia de la marca americana. Pero otro factor ha calado también en la gente que ha apostado por este sistema como base para los terminales…
Compañías telefónicas; el sempiterno dilema de atarse o no a un contrato por un terminal y de nuevo la alargada sombra de iPhone acechándonos. Cuando el teléfono de Apple saltó a la palestra, comenzó a extenderse una modalidad de contrato poco común hasta la fecha, los planes de datos. Al ser un teléfono con una demanda sin precedentes, las compañías obligaban siempre a pagar una tarifa plana de datos para navegación por internet, correo y demás; esto, para muchos usuarios, era completamente inútil y un gasto innecesario pero que tenían que asumir si querían disfrutar de un teléfono en boga y muy demandado. Algo similar ha pasado con los terminales basados en Android; en España la Dream se vendía con contrato de datos en Movistar, la Magic lo mismo en Vodafone (y encima con menos RAM que la original) y la Hero con Orange. Además esto puede extrapolarse a todos los países, donde muchas veces los fabricantes cierran acuerdos con las operadoras telefónicas en los que Google no participa y en los que, como comentábamos antes, las responsabilidades acerca de las actualizaciones o fallos de software quedan completamente diluidas en un triángulo que desdibuja las competencias de cada lado…
Es muy posible que esto haya precipitado lo que hace 2 años era una mera teoría que no llegó a ver la luz pero que parece que se va acercando. Google es de los pocos que tiene no solo valor, sino recursos para emprender una empresa de tal calibre como es la fabricación de un terminal propio desde cero. (Vodafone hizo algo parecido a Google, usando Linux como base para su 360 y encargando a Samsung la fabricación del terminal, con unos resultados excelentes en diseño, por cierto). De esta manera, con gPhone, la empresa americana se ahorraría intermediarios, problemas en la distribución del terminal, personalización de las operadoras y descontrol en las actualizaciones… Además es posible que pasase como con el iPhone, que el fabricante del software sea el mismo que el del hardware y consigan que la mezcla tenga una perfecta sincronía y un rendimiento optimizado. También habría que vigilar de cerca las reacciones de HTC y los demás fabricantes, porque perderían una buena parte del pastel y eso no les haría demasiada gracia (a pesar de que HTC le hizo algo parecido a qTek cuando empezaron a fabricar ellos mismos).
Puede ser un paso muy importante para Google y para Android en general, esperemos más movimientos por parte de esta empresa para ver si finalmente se lanzan a la piscina y dan un golpe de mano entre los fabricantes.