Hay una gran preocupación entre nuestros creadores por la situación de la cultura. “El problema no es hacia dónde se dirige la cultura, sino que en este país no hay interés por ella”. Son palabras de Antonio Muñoz Molina en Ethic. “El Estado (...) debería ser su máximo defensor y, en cambio, no se esfuerza en favorecer la cultura ni el conocimiento”.
El músico Jordi Savall va mucho más allá en El Confidencial. “El gran problema es que en el ámbito del Estado nunca ha habido nadie capaz de valorar nuestro patrimonio musical”. La única solución, propone, es encontrar “personas con una gran cultura y calidad, como André Malraux”.
"El gran problema es que en el ámbito del estado nunca ha habido nadie capaz de valorar nuestro patrimonio musical”
Juan Tallón, a propósito de la escultura de 38 toneladas de Richard Serra desaparecida en el Reina Sofía, que protagoniza su última novela (Obra maestra), se muestra más comprensivo. “Al principio –cuenta a Juan Cruz en El Periódico de España–, las insti-tuciones creadas para tal fin estaban desorientadas, tenían disfunciones, dejación de responsabilidades, negligencias”. Claro que aquello ocurrió hace más de 30 años.
Muestra de esa preocupación por la política cultural ha sido la polémica sobre la vuelta al Thyssen de Mata Mua, de Gauguin. El Mundo se congratulaba en sus páginas editoriales alabando “el destacable esfuerzo realizado por ambas partes [Tita Cervera y el Ministerio de Cultura]”. Sin embargo, Peio H. Riaño subrayaba en elDiario.es que la baronesa había convertido el cuadro en “un rehén con el que ha forzado al Gobierno al alquiler de algo más de 300 obras”. Y añade: “El contrato convierte la decena de salas dedicada a la colección alquilada en galería comercial”.
De la importancia del arte para nuestro país la coleccionista Jimena Blázquez dejaba constancia en Vanity Fair: “Lo del turismo de playa y vino ya no existe, ahora la gente necesita ver exposiciones.”
Las nominaciones a los Óscar se han aprovechado para reflexionar sobre nuestro cine. Fotogramas titulaba; “Cuatro nominados españoles con Penélope Cruz y Javier Bardem haciendo historia”. Sergio del Molino recogía en redes sociales estas palabras de Carlos Alsina en Onda Cero que enfriaban la euforia: “No es España la que está nominada a ningún Óscar, sino unos españoles que solo se representan así mismos, cuyo talento y trabajo son méritos estrictamente individuales”.
"Los hombres en la cultura estadounidense se han feminizado salvajemente"
El propio Javier Bardem, aprovechando su candidatura por la interpretación de un personaje cubano en Being The Ricardos, ha abierto otro debate: “Hablemos también de las minorías españolas. ¿Cuántos personajes españoles hay en el cine internacional? [...] A mí nunca me han ofrecido un personaje español. No hay personajes españoles fuera de la cinematografía española... Hay personajes latinoamericanos. Sé de lo que hablo cuando hablo de minorías”.
David Mejía recuerda en The Objective que “hubo un tiempo en que Garci y Almodóvar eran de todos y de nadie; paradójicamente, nada nos divide más que lo nuestro”. Por cierto, que José Luis Garci se ha sincerado sobre otro asunto delicado con Lorena G. Maldonado en El Español: “Soy igual de machista que toda mi generación”. Sean Penn, que es mucho más joven, se ha metido en el mismo jardín. Ya en 2018 se refirió al #MeToo como “el término infantil del momento”. Ahora ha insistido en The Independent afirmando que se incluye “en el club que cree que los hombres en la cultura estadounidense se han feminizado salvajemente”.
En literatura de lo que se habla mucho es de los géneros. Cuando le preguntan a Carlos Zanón en El País sobre la novela negra como retrato de los tiempos de crisis, contesta: “Una chorrada [...]. Es la excusa política de los que creen que los escritores tienen que ser de izquierdas. Hay cada facha y machista escribiendo novela negra...”. Sobre otro género, la ciencia ficción, Fernando Vallespín también se muestra reticente en el mismo periódico: “Me he dado cuenta de que deberíamos hacer menos caso a la literatura distópica. Es la reacción histérica a lo que nos está pasando”.
P.S. Neil Young ha provocado una conmoción en el mundo de la música al retirarse de Spotify. Así de duro ha sido su mensaje, recogido por Efe Eme: “A los músicos y creadores de este mundo les digo: debéis encontrar un lugar mejor que Spotify para alojar vuestro arte (...) Salid de ahí antes de que os coma el alma”.