Opinión

Argumento

Portulanos

26 marzo, 2010 01:00


El otro día, paseando por el departamento de librería de unos grandes almacenes, se me ocurrió el argumento para una obra. Como estoy muy ocupado intentando que el ayuntamiento de Parla me pague la función que me debe desde hace más de un año (se llama El hombre que quiso ser rey; digo, por si se le ha olvidado al concejal responsable) prefiero regalarle mi proyecto a algún dramaturgo desamparado y de buena voluntad que quiera hacerse cargo de él.

La historia empieza con un tipo escandinavo, llamado, por ejemplo, Knut Larsson, que escribe novelas policíacas que no lee nadie. Luego el tipo se muere y resulta que sus novelas empiezan a venderse como smorgasbord (iba a decir como rosquillas, pero no olvidemos que el tío es nórdico). Entonces aparecen la viuda del fulano, y su exmujer, y un amigo de la mili, y un primo de las islas Lofoten, todos intentando sacar tajada del asunto. El editor de los libros, que huele el negocio, pone en marcha una colección en la que sólo se publican novelas policíacas firmadas por autores con apellidos que terminen en a/o: Johansson, Gustafsson, Bergmanson… Por error, incluso publicó un libro de autoayuda de Charles Manson y una traducción de La negritud, de Luis María Anson, que no es policíaco pero sí del género negro.

Luego, la catástrofe: en otro lugar del mundo, pongamos el cono sur iberoamericano, se muere otro aspirante a escritor, éste obsesionado con los nazis, de nombre Mauricio Bolaño. Y entonces todo el mundo deja de leer a los Tomasson de turno y se pone a leer escritores llamados Hogaño, Tamaño, Rebaño… Hasta que, algo después, en un lugar de China, fallece un tal Wong…