Image: Lo que no te mata te hace más fuerte

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Novela negra

Lo que no te mata te hace más fuerte

David Lagercrantz

11 septiembre, 2015 02:00

David Lagercrantz. Foto: Johnatan Nackstrand

Traducción de Martin Lexell y Juan José Ortega. Destino, 2015. 656 páginas, 22'50€ E-book: 9'99€

A buen seguro, antes de pulsar una sola tecla, David Lagercrantz (periodista, como Larsson, y famoso por vender cientos de miles de libros, libros que son un sólo libro, la biografía de Zlatan Ibrahimovic) trazó esquemas. Esquemas de personajes (he aquí lo que hizo Lisbeth en Los hombres que no amaban a las mujeres y un poco más allá la fama de Blomkvist en tanto que periodista de investigación estrella de una publicación herida de muerte) y esquemas de capítulos. Capítulos repletos de escenas que arrancan, siempre, con descripciones alejadas de la trama que se van acercando poco a poco y que, en muchos casos, enfrían el momento. Porque puede que Lagercrantz haya hecho todo lo que estaba en su mano para resucitar no sólo a Lisbeth y Mikael sino al espíritu de Larsson, pero no lo ha conseguido. Todos sus esfuerzos han sido en vano, porque, aunque allá donde había una vieja e intrigante fotografía (la que desencadenó la historia de la primera entrega) haya ahora un dibujo hecho por la memoria fotográfica de un niño, August, este mismo niño, August, siendo la piedra angular del misterio, ni siquiera está vivo, argumentalmente hablando. El autor se limita a utilizarlo como una pieza que, simplemente, cambia de lugar y de manos, porque, claro, siendo como es, un savant, un genio autista, es un tesoro y todo el mundo sabe que los tesoros no hacen otra cosa que cambiar de manos.

Pero August no es el único accesorio de la historia. Podría decirse que todo, en esta nueva entrega prefabricada, puesto que fueron los herederos y la editorial quienes metieron a Lagercrantz en el aprieto, y el periodista, que jamás hubiera podido imaginar convertirse en resurrector de tan míticos personajes, despertaba bañado en sudor en mitad de la noche preguntándose por qué se había dejado convencer, está en función de la trama. Una trama que ambiciona un alcance mundial e inexplicable desde el primer momento: el de algún tipo de secreto relacionado con el terrorismo informático. Y de ahí pretende ir luego a lo particular, haciendo el camino inverso al que solía hacer Larsson, que partía de la desaparición de una chica y el misterio de unas flores, para acabar topándose con una exclusiva capaz de devolver a Mikael a la línea de fuego.

Y lo que ocurre es que Lagercrantz acaba irremediablemente perdido, en una red tejida sin una pizca del magnetismo que impregnaba la obra de su predecesor. Y sin él, sin ese magnetismo fruto de la pasión, ni siquiera una superviviente nata como Lisbeth Salander es capaz de sobrevivir.

@laura_fernandez