El 16 de septiembre de 2022, la policía de la moral iraní mató a golpes a la joven Mahsa Amini, de 22 años, por no llevar “bien” el velo cubriendo su pelo. Aquel crimen abominable del fundamentalismo islamista, que ensució por enésima vez el verdadero significado de la palabra “islam” (paz), desató una oleada de protestas por todo el país que se ha convertido en un movimiento feminista sin precedentes.
Por desgracia, la solidaridad de la sociedad occidental ante las injusticias ocurridas en otros países se disipa rápidamente. Poca gente sabe qué pasó con aquella revolución, o que hace un mes otra joven murió supuestamente (la versión oficial del gobierno iraní es que se desmayó y se golpeó la cabeza) por no llevar velo. Por eso es tan necesario un libro como Mujer Vida Libertad, que toma su título del lema de las protestas. Un cómic colectivo coordinado por Marjane Satrapi (Rasht, Irán, 1969), todo un icono del noveno arte y de la lucha por los derechos de las mujeres en Irán, que narra la historia de la revuelta y de las mujeres y también hombres iraníes que por primera vez se han sumado a las protestas feministas.
La célebre autora de Persépolis, que marcó un antes y un después en el curso de la novela gráfica, ha unido a expertos en la situación política y social iraní (el politólogo Farid Vahid, el reportero Jean-Pierre Perrin y el historiador Abbas Milani, de la Universidad Stanford) con una pléyade de dibujantes internacionales entre los que figuran los españoles Paco Roca (Valencia, 1969) y Patricia Bolaños (Madrid, 1985). También hay otros nombres de autores ilustres como Joann Sfar, Lewis Trondheim o Pascal Rabaté. En total son cuatro dibujantes iraníes (Mana Neyestani, Bahareh Akrami, Shabnam Adiban y Touka Neyestani) y otros trece de Europa y América.
Tras su publicación en Francia, donde lleva 45.000 ejemplares vendidos, y otros países, el libro llega a España de la mano de Reservoir Books en castellano y de la editorial Finestres en catalán. Se trata de un conjunto de historias cortas que transitan entre la historieta y el reportaje ilustrado, y entre el puro periodismo gráfico y la ficción, pero siempre basándose en una profusa y rigurosa labor de documentación.
Paco Roca, Premio Nacional del Cómic en 2008 por Arrugas y ganador de un Eisner en 2020 por la edición estadounidense de La casa, participa por partida doble, haciendo tándem con Farid Vahid en “Sublevarse a los 20 años”, y con Jean-Pierre Perrin en “El diálogo de los muertos”. La primera historieta recoge algunos de los gestos con los que las y los estudiantes se han revelado contra el régimen, saltándose la división por sexos en los comedores universitarios, o cómo las chicas de secundaria han sido las más osadas en sus protestas, llegando a descolgar, pisotear y hacer peinetas a los retratos del ayatolá.
La segunda historia imagina un diálogo entre Mohsen, un joven ejecutado por su implicación en las protestas, y otros jóvenes soldados del régimen enterrados en el mismo cementerio. Su prematura muerte los convirtió a todos en “mártires”, aunque por motivos distintos y ante ojos diferentes.
Roca considera “un regalo” haber sido elegido por Satrapi para participar en un libro como este, y haber podido contar con una ingente cantidad de información para hacer el guion y los dibujos. “En este tipo de colaboraciones sobre temas sociales, a veces tienes el riesgo de caer en una visión muy naíf del tema porque no lo controlas, pero en este caso haber podido contar con periodistas y politólogos que conocen de primera mano la situación de Irán ha permitido convertir el cómic en una gran herramienta crítica”.
Por su parte, Patricia Bolaños, ilustradora afincada en Nueva York y colaboradora de revistas como Harper’s Bazaar, Traveler o Cinemanía y marcas como Armani o Lancôme, participa en el libro con “Los niños mimados del régimen”, que trata sobre los hijos millonarios de la oligarquía iraní, los llamados aga zadeh, que se saltan todas las imposiciones de la ley islámica a su antojo, viven o viajan libremente por Occidente y hacen ostentación de su vida llena de lujos en sus redes sociales, mientras sus padres son cómplices de un régimen corrupto que niega todas esas libertades a la inmensa mayoría de los jóvenes como ellos. “Es algo que yo conocía, porque durante la pandemia se hizo viral una cuenta de Instagram dedicada a ellos y porque tengo amigos iraníes, pero no tenía ni idea de hasta dónde llegaba la hipocresía de esta historia”.
Las mujeres iraníes que hicieron historia
La propia Marjane Satrapi es la autora, junto a Abbas Milani del capítulo que abre el libro, “Una historia persa del bien y del mal”, que demuestra que “no estamos ante una erupción inesperada, sino ante una sacudida muy importante dentro de una larga historia de mujeres que han defendido sus derechos” en Irán, desde Anahita, personaje que la mitología persa consideraba “fuente divina de la luz y el logos”, hasta Mahsa Amini, pasando por la emperatriz Purandojt, que gobernaba Irán en tiempos de las invasiones árabes; Fatemeh Baragani, también conocida como Tahereh, que en 1848 se atrevió a pronunciar un sermón sin llevar el velo y fue ejecutada por asfixia (así mataban a las mujeres que osaban alzar su voz); Bibi Mariam Bajtiari, que montó un batallón propio y marchó sobre Teherán para salvar la revolución de 1905-1911; o la poeta Forough Farrojzad, que en los años cincuenta se atrevió a reconocer que disfrutaba con los placeres de la carne.
En el prólogo del libro, Satrapi explica que la versión en persa del libro será accesible online de forma gratuita para todos los iraníes, así como los dos objetivos del libro: “El primero es tratar de explicar lo que pasa en Irán, descifrar los hechos con su complejidad y sus matices para unos lectores no iraníes, mostrarlos de la mejor forma que podamos, aunque sea imposible plasmar todas las caras de esta historia. Porque está pasando. Aunque no se hable mucho de ella”.
El segundo objetivo del libro es “mandar un mensaje a los iraníes para recordarles que no están solos. Está claro que los políticos de todo el mundo no son más que políticos, está claro que no van a hacer nada por el pueblo iraní, pero la sociedad civil de Occidente sí que se ha puesto de su parte”.