Lidia Chukóvskaia
En febrero de 1949, Nina Sergeievna, traductora de Moscú, es invitada por la Unión de Escritores a una casa de campo finlandesa en donde convivirá durante algunas semanas con hombres y mujeres de letras. Todos son adeptos, al menos en la superficie, al partido bolchevique (hay excepciones). Nina querrá tener sus ratos a solas en los que recuerda a su marido represaliado, pero a menudo es interrumpida. Las conversaciones entre los escritores versan sobre Pushkin, Pasternak o Nekrásov, que se alzan -también con sus voces poéticas-, como protagonistas insospechados de esta novela gracias a los comentarios que sobre ellos hacen los personajes. Se ofrece así, oblicuamente, un retrato de la relación que la oficialidad soviética tuvo con su gran literatura. "Pasternak es incomprensible" ("cosmopolitismo" o "desviaciones formalistas" eran otros de los pecados más abyectos), declaran los gruesos escritores del partido, alguno de ellos, como se revelará al paso de las páginas, aterrorizado ante la posibilidad de volver al campo donde ya cumplió condena por alguna causa delirante.En manos de Lidia Chukóvskaia (1907-1996) todos los personajes comparecen humanísimos. Y su portentoso talento para la creación de ambientes (la nieve y el frío glacial de fondo que refuerzan la sensación de irrealidad) es otro de los rasgos de esta novela soberbia.
El marido de Nina era, como el de la autora, científico, y como él fue confinado en un campo del que no regresó. A la protagonista le comunicaron: "Diez años sin correspondencia", lo que significaba -como descubrirá más tarde- la muerte por ejecución. A la propia Chukóvskaia, que escribió esta novela entre 1949 y 1957, la expulsaron de la Unión de Escritores, y sólo en 1988 fue readmitida al fin y sus libros, escritos a lo largo de toda una vida de exilio interior, publicados.