Jhumpa Lahiri

Traducción de Gemma Rovira. Salamandra, 2014. 15 páginas, 20 euros

El Dios de la pequeñas cosas, primera novela de Arhundati Roy, fue uno de los grandes éxitos editoriales de lejano 1997. Parecía que la legendaria Bharati Mukherjee, todavía hoy reconocida como el gran nombre de la literatura hindú poscolonial, había encontrado una legítima sucesora. No fue así, la posterior producción de Roy tiene más de compromiso social y posicionamiento político que de literario y artístico. Más consistente resulta la trayectoria literaria de Jhumpa Lahiri (Londres, 1967). Su primer libro de relatos Interpreter of Maladies (1999) ganó el Pulitzer en 2000 y su novela Namesake (2003) se adaptó a la pantalla. Este cuarto título, La hondanada, es su obra más ambiciosa. Narra la historia de Subhash, un hindú que realiza un doctorado en oceanografía en Rhode Island. Subhash regresa a su India natal tras el asesinato de su hermano, Udayan, se casa con la Gauri, la mujer que aquel dejó embarazada, y regresa con ella a Estados Unidos donde será él quien crie a Bela, la hija de su hermano muerto. Este es el hilo conductor de la trama, pero realmente nos encontramos ante dos historias de distinto calado: por una parte la relación con el hermano asesinado que se desarrolla en la Calcuta natal, y por otra la relación que mantiene con Gauri en un mundo culturalmente distinto. Subhash poco tiene que ver con su hermano pequeño; él es reflexivo y tranquilo en tanto que el hermano es impetuoso y exaltado. Su muerte a manos de la policía tiene que ver con su participación en actos terroristas junto a un grupo maoísta. En cierta forma, Udayan siempre condicionó la vida de Subhash, que incluso retrasó un año su ingreso en la escuela para no dejar solo a su hermano.



La segunda parte en Rhode Island es más interesante, y no por el personaje de Subhash, sino por el de Gauri, que descubre una vida que puede tener sentido en sí misma. En este proceso de búsqueda Gauri se convertirá en un ser a primera vista despreciable ignorando incluso a su propia hija que es literalmente educada por Subhash. Todo lo que el protagonista tiene de responsable lo tiene ella de irresponsable. Porque para Gauri la responsabilidad es con su propia vida, de ahí su obsesión por estudiar a filósofos occidentales. Si alguien es capaz de llevar a cabo el sueño americano en esta novela será Gauri.