Image: Las largas sombras

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Novela

Las largas sombras

Elia Barceló

27 noviembre, 2009 01:00

Elia Barceló. Foto: E.P.

Ámbar. Barcelona, 2009. 450 páginas. 17 euros



La escritora Elia Barceló (Elda -Alicante-, 1957) gusta de internarse en territorios diversos, desde la literatura juvenil a la fantástica, sin renunciar, pese a la variedad de historias y enfoques, a la presencia de algunos motivos recurrentes básicos en su literatura. En especial, la idea de que el pasado gravita siempre sobre nosotros y condiciona nuestra vida, de modo que los relatos suelen balancearse entre el tiempo pretérito que se trata de indagar o reconstruir y la actualidad evocadora. Los personajes vuelven a su lugar de origen y esta circunstancia desata los recuerdos. Ocurría en novelas anteriores de la autora, como El secreto del orfebre (2003), y en Las largas sombras -título procedente de un refrán inglés- el planteamiento es análogo, aunque más complejo, porque la vuelta de Margarita, directora de cine que vive en Londres, a su ciudad natal recompone el grupo de amigas de treinta años atrás y hace aflorar un hecho nunca olvidado que constituye el secreto compartido por todas ellas. El motivo del reencuentro de un antiguo grupo juvenil de amigos que reabre viejas tensiones es también muy cinematográfico. Recuérdense títulos como Rich and Famous, de George Cukor, y, más cerca aún de la novela, Peter’s Friends, de Kenneth Branagh, o The Big Chill, de Lawrence Kasdan. En los últimos años, otros novelistas españoles han utilizado el mismo planteamiento, como Giménez Bartlett en Secreta Penélope o E. Suárez-Galbán en Cuando llevábamos un sueño en cada trenza. Se trata, pues, de un recurso de bien probada eficacia para esbozar retratos psicológicos y sumergirse en el terreno de la introspección. En el caso de Las largas sombras, además, el reencuentro de las amigas se inaugura con el aparente suicidio -que parece asesinato- de una de ellas, lo que introduce desde el comienzo en la historia un ingrediente de misterio y el consiguiente buceo en el pasado en busca de las causas que puedan explicar el suceso.

De este modo, la reminiscencia de la época juvenil y preuniversitaria de 1974 va alternándose en sucesivos capítulos con los hechos de la actualidad, situados en 2007, y la edad de los proyectos y las ilusiones preuniversitarias, reconstruida con finura, va dejando paso al desvelamiento de terribles sucesos que las amigas mantuvieron en secreto y que ahora van poco a poco aflorando a la superficie como restos de un naufragio que fue también el de los años felices.

El marco genérico de la novela de misterio en que la autora ha encerrado la historia facilita la variedad de perspectivas acerca de los hechos y mantiene así la incertidumbre hasta las últimas páginas, al tiempo que ofrece escorzos, versiones diferentes de cada personaje visto por los otros, si bien el lector tarda en familiarizarse con ellos porque la autora utiliza durante demasiadas páginas el nombre como único elemento identificador. Y hay algún personaje un tanto inconsistente, como Mati, junto a otros borrosos o tópicos -Manolo, el cura Javier-, pero una buena construcción, con un final pirotécnico en que se acumulan los delitos ocultos y las conductas insospechadas. Novela entretenida, sin más, donde habría que corregir deslices mejorables: "te dignaras a llamar" (p. 110); "le dije a mis padres" (p. 130); "darle una pequeña alegría a los chicos! (p. 241); "todo está a punto de cambiar en profundidad" (p. 380: ¿por qué no ‘a fondo’, ‘por completo’?); "Candela se autoacusó" (p. 437; ¿no basta con ‘se acusó’, sin prefijo parasitario?).

ALGO PERSONAL

-¿Cuáles son los peores monstruos de la transición?

-Los que traicionaron su espíritu. Y los que empezaron de nuevo a estimular la polarización del país, la vuelta a las dos Españas irreconciliables.

-¿Cómo los sufrieron las mujeres?

-Tuvieron que enfrentarse a los prejuicios que siempre habían existido, pero que después de la transición quedaron soterrados y casi empezaron a hacer más daño.

-¿De qué siente nostalgia al recordar aquellos tiempos?

-Sobre todo, de la sensación de libertad, de optimismo, de confianza en el futuro, de alegría que impregnaba la vida...