Querida amiga
MARINA MAYORAL
31 octubre, 2001 01:00Leemos, pues, en primera instancia unas historias curiosas e inventivas; bañadas, además, salvo la que abre y da título al conjunto, en un medio humorístico de diversos registros, desde la ironía al sarcasmo, que tienen un efecto de entretenimiento regocijante. Este registro da a la obra el tono de un juguete narrativo intencionado, sin la ambición de una literatura de más amplios vuelos, los que ha pretendido Mayoral en sus restantes libros con un aire inequívoco de trascendencia y densidad. Ello no quiere decir que busque la pura evasión, sino que habla de asuntos serios de forma desenfadada. Lo que desea es dejar la huella un poco amable de un conflicto central, la soledad, y cómo ésta impulsa la búsqueda de interlocutor, dicho con la afortunada expresión de su admirada Martín Gaite.
Las historias relatadas se convierten en visiones perspectivistas de la realidad, en variaciones en torno al abandono o la incomprensión que suele producir la vida. Además, se anudan como si fuera una novela unitaria aunque de contenido fragmentario antes que un libro de relatos independientes. También la huella de la autora real que planea sobre casi todos los textos refuerza ese efecto. Y con idéntica finalidad se dispone la ordenación de los relatos en una estructura circular.
Tiene el libro un eje central en el cuarto, jugosa exhortación sobre la pasión y los límites entre vida y literatura dirigida a una Eva tentadora por una Lilith de resonancias bíblicas, responsable del consultorio sentimental de una revista. Este relato entronca con el primero y con el último, los cuales se enlazan al dar las versiones contrapuestas del marido y de la mujer acerca de una misma historia. Por estos recursos y por otros prevalece la impresión general de una escritura y un tratamiento un tanto ligeros, que rinden tributo al ingenio. Parece incluso haberse concebido el libro como un empeño digno pero menor. Pero, aunque sea así, el relato "Querida amiga" es una pieza magnífica por su certera notación social, y por su plena, ácida y envolvente intensidad emocional.