Edición de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández. Turner. 223 páginas, 14,90 €
“Amigo del alma, ante todo, no llames caridad a lo que es acendrada ternura. ¡Qué salto, qué brinco desde las alturas filosóficas hasta el tempestuoso océano de las pasiones de los afectos”. Estas frases, encontradas al azar en una estantería después de que los editores de este volumen visitasen la casa natal de Emilia Pardo Bazán (1851-1921), fueron el motor de este libro que, sin las censuras de antaño, reconstruye la difícil historia de amor entre al escritora gallega y Benito Pérez Galdós (1843-1920).
Son casi un centenar de cartas cruzadas entre 1883 y 1915, que retratan una apasionada relación en la que no faltaron ni los celos ni las disputas literarias y académicas, y que oscila de la elegancia de la primera (5 de marzo del 83), en la que el novelista la felicita por sus “admirables artículos”, hasta la frialdad de la última, de 1915. De las 92 cartas reproducidas, sólo la primera es de Galdós, mientras que en el resto Pardo Bazán va pasando de la timidez a la exaltación, confiesa su alegría por la reconciliación tras su aventura con el mecenas Lázaro Galdiano (“Te muerdo un carrillito y te doy muchos besos por ahí, en la frente, en el pelo y en la boca”) o se desengaña sin remedio ante las traiciones del escritor.