Alfredo Kraus en 1964
El autor es un especialista en canto, Arturo Reverter, que plantea el libro por temas. Quizá ese orden claro sea una de sus mejores cualidades pues le permite evitar el frecuente embrollo entre hechos, opiniones y anécdotas que libros de esta naturaleza suelen tener. En realidad, todo se plantea como si fuera un gran diálogo con el propio Kraus, cuya voz está siempre presente en largo párrafos entrecomillados que nos ilustran sobre muchas cosas. Lo que es afirmación de Kraus y lo que nos dice Reverter está muy claramente delimitado y permite además que el autor no necesite ceñirse a una hagiografía estricta y pueda discrepar de las afirmaciones del músico, deslindando siempre muy bien lo que es de uno y lo que es de otro de manera que el lector jamás puede confundirse.
Tras la introducción biográfica, hay un capítulo dedicado al timbre y color vocal al que sigue otro sobre la articulación vocálica y el siempre crucial problema de la respiración en los que aprendemos muchas cosas de la manera Kraus. Otro capítulo sobre pensamiento musical nos deja bien claro lo que el tenor pensaba que era y debía ser la ópera que se completa con el siguiente dedicado a la evolución vocal. Hay consideraciones sobre los agudos, los aplausos , los maestros, la dirección escénica y muchas cuestiones que siguen siendo básicas.
Sobre el repertorio adecuado a cada voz, y especialmente a la suya, el estudio de los personaje e incluso por qué no hizo mucho Mozart pese a ser una voz ideal para ello, Kraus tiene también mucho que decir, tal vez por eso resulta del máximo interés la llamada “Galería de personajes” en el que se estudian pormenorizadamente los personajes que él solía encarnar deteniéndose en ocho papeles de ópera italiana, desde el Duque de Mantua de Rigoletto, que cantó tanto, al Rodolfo de La Bohême que cantó escasamente pero sí grabó, y cinco papeles franceses, desde el Werther, que era su máxima especialidad final, a Los cuentos de Hoffmann sobre los que hace atinadas consideraciones un tanto picado por las críticas que se hacían a su famoso salto escénico sobre la mesa en el relato de la posada.
Para muchos, puede que el mayor interés esté en el capítulo en el que se habla de la técnica, el estilo y la expresión en el arte del canto con consideraciones sobre temas como el fiato, el legato, la media voz, el fraseo, los agudos y sus distintos tipos y las agilidades. Aquí Kraus habla no sólo de lo que conoce sino además de lo que practica y cómo lo practica.
El libro, sin duda bien concebido y bien realizado, se complementa con todas las grabaciones discográficas realizadas por Kraus que además llevan un comentario sobre cada una. Hay también una bibliografía muy completa, y un útil índice onomástico. Reverter dedica el trabajo a Suso Mariategui, tenor canario recientemente fallecido que fue no sólo alumno sino estrecho colaborador de Kraus. Nos hallamos ante un volumen que nos da la más completa visión del pensamiento que sobre el canto tuvo el gran tenor. Lo acompaña un interesante CD.