Zenobia Camprubí-Graciela Palau. Epistolario
Zenobia Camprubí. Graciela Palau de Nemes
24 julio, 2009 02:00Zenobia Camprubí. Foto: Archivo
Tampoco es conocido en demasía (y ocupa toda la parte final de esta correspondencia) que siendo Graciela Palau profesora en la Universidad de Maryland, fue una de las personas que más seriamente se preocupó y gestionó los trámites necesarios para que esa Universidad norteamericana fuera una de las que solicitaron -y parece que pesaba- el premio Nobel de Literatura de 1956 para Juan Ramón. Nos hallamos ante dos mujeres que, en medio de las dificultades de la vida ordinaria, se preocupan por el futuro de Juan Ramón (su Sala en Puerto Rico) y ese Nobel que consideraban un galardón más que merecido. De fondo entrevemos a ese Juan Ramón siempre delicado, que procura huir de los compromisos y que de alguna manera parece no enterarse del todo de cómo los demás le cuidan. Su estudiosa y admiradora y esa mujer, Zenobia, que como es bien sabido (y aquí queda patente) fue mucho más que esposa: secretaria, enfermera, cuidadora... Tanto que mientras Zenobia lucha en un hospital de Boston contra un cáncer que terminaría con su vida, no deja de preocuparse de los papeleos que encarga y comenta a Graciela, quien pese a su amistad, suele encabezar sus cartas como "Muy querida señora Jiménez".
Es curioso que en la última de estas cartas (septiembre de 1956) Graciela tenga la seguridad del Nobel para Juan Ramón -y se lo comunique a Zenobia- porque un colega universitario le ha dicho que lo ha leído -la propuesta- en "Paris Match", una revista frívola, digamos. Un gran documento para juanrramonianos. Y la historia de dos mujeres.