La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia
Eric D. Weitz
1 mayo, 2009 02:00En la vertiente económica, Weimar no pudo contar con peores circunstancias. Constituyó una descomunal montaña rusa iniciada con una fase de inflación que, bajo la carga de las compensaciones de guerra, culminó en la hiperinflación de 1922-23, enajenando a las clases medias. Tras un periodo de estabilización, y el auge consumista de 1927-28, el país se despeñó en la Gran Depresión.
El libro alcanza su esplendor en la parte dedicada a la vida urbana, los efectos de la propagación e incidencia de las tecnologías de masas (cine, revistas ilustradas, discos, radio), con los consiguientes cambios de hábitos de los ciudadanos. De esta nueva realidad, fragmentada, vertiginosa, surge la perplejidad y los análisis de intelectuales de la talla de Thomas Mann, Heidegger, Roth... Mientras, corren, también intentando atrapar el sentido de aquel tiempo, las obras de artistas encabezados por Brecht, Weill, Hüch y Moholy-Nagy. No menos sobresaliente fue la polémica que suscitó la mayor controversia de la época, la de la mujer moderna, liberada, tendencia vinculada a la corriente de libertad sexual. A riesgo de incurrir en anacronismo, y siguiendo a Weitz, se podría decir que la cultura de Weimar, en lo referente a la ruptura de los comportamientos sociales e individuales y al experimentalismo, fue un antecedente de la contracultura de los años 60.