Teoría del arte
José Jiménez
5 junio, 2002 02:00José Jiménez. Foto: Julián Martín
Desde la primera página, este libro pone en cuestión las fronteras habituales entre dos géneros de la prosa. Quiere ser (y es) un ensayo,y al mismo tiempo se propone como un texto de apoyo para la enseñanza universitaria y como una introducción al arte actual dirigida a un público amplio.En un terreno tan plural como el del arte contemporáneo, el mejor modo de iniciación no sería un manual dogmático y cerrado, sino una guía abierta, que deje al lector elegir su propio camino. Pero el esfuerzo crítico del ensayista y el trabajo pedagógico coinciden además por otra razón. Como señala Jiménez, muchos de los malentendidos en torno al arte actual surgen de un prejuicio "naturalista": de suponer que la idea de arte es eterna y universalmente válida. Destruir ese prejuicio es una condición indispensable para que el público entienda la escena artística de hoy. Jiménez se propone mostrarnos el arte no como algo que es, sino como algo que ha llegado a ser, que ha ido haciéndose (y deshaciéndose) a través de un largo proceso de transformación cultural.
El primer capítulo se abre con un caso ejemplar: el de la Gioconda de Leonardo. El robo de Mona Lisa en 1911 la convierte en una superstar de la cultura popular, y esa imagen-emblema se ve infinitamente multiplicada y parodiada; poco después, la vanguardia con Duchamp a la cabeza radicalizará la "pérdida del respeto" hacia el arte clásico. El propio Duchamp, con sus readymades, pone en marcha una revolución de enorme alcance. ¿Qué ha sido del arte? Para responder a esta pregunta es preciso un salto atrás, un largo flash-back, que nos conduce hasta la Grecia antigua, cuna de la institución "arte", para seguir luego la formación del "sistema de las bellas artes", desde el Renacimiento hasta mediados del XVIII. A partir de aquí, nos internamos en un mundo cada vez más complejo, marcado por la crisis de las academias, la eclosión de las vanguardias, las imágenes de otras culturas (el mal llamado "arte primitivo"), la fotografía y el cine... La modernidad implica una ampliación ilimitada de lo estético, donde el arte pierde el dominio exclusivo de su antiguo territorio, para dar paso a "un nuevo universo global de la representación". El siglo XX alumbra la era de la imagen global en la que aún vivimos.
El ensayo de Jiménez ilumina, con una prosa transparente, todos los problemas que en la teoría del arte actual se tratan tantas veces de manera innecesariamente oscura. El recorrido histórico que nos propone es un viaje apasionante. En él aflora la reflexión antropológica que el autor ha avanzado en otros libros, y especialmente en Imágenes del hombre. Fundamentos de estética (1986). La conclusión de Jiménez es que el arte y lo estético han conservado y potenciado todo su inmenso valor antropológico. En primer lugar, la poiesis, la inagotable dimensión de la creatividad. En segundo lugar, el conocimiento, identificado aquí con el riesgo, con el "atrévete a saber" de la máxima kantiana. Y en fin, el placer, la exaltación de nuestro cuerpo, cuya plenitud soñamos al proyectarlo en las imágenes.