Del clasicismo al 98
Domingo Ynduráin
25 julio, 2001 02:00El investigador hace sus análisis desde perspectivas multidisciplinares, aprovechando los recursos que le brindan la Filosofía y Teología, la Antropología, la Sociología, la Historia de las ideas políticas, físicas y científicas en general. Ello da a su trabajo espesor crítico, variedad exegética y visión integradora de su campo de estudio. Sus razonamientos y conclusiones podrán ser objeto de polémica, pero nadie le podrá negar su condición de avanzadilla humanística en la compleja selva de problemas que recorre con atención de entomólogo.
A lo largo de su libro hace ver cómo existe en el mundo clásico y medieval una sabiduría que se concibe como estable, perfecta y armónica. Todo lo existente tenía para ella un sentido. Contra lo que muchos piensan, la cultura pagana y la cristiana se sucedieron con innegables conflictos, pero con una soterrada continuidad, basada en el acatamiento a la razón y en el empeño por remontarse a los orígenes, que en definitiva se cifraban en una Divinidad fuente de todo saber.
El siglo XV habría supuesto, para Ynduráin, la gran ruptura. A partir de él, las nuevas experiencias, que van desde los descubrimientos geográficos a los hallazgos científicos, dinamitan las bases de la cultura establecida. Lo que ahora cuenta son los datos verificables. Esto impone una nueva metodología, basada en la observación, la inducción y la prueba de las hipótesis.
El investigador continúa su trabajo analizando el impacto del pensamiento de Kant, Hegel, etc. en la evolución de la estética occidental europea, singularmente la española. Romanticismo y Realismo aparecen como dos monumentos cruciales en el proceso evolutivo de nuestra cultura. El primero basa su programa en la expresión de las pasiones, el individualismo y la subjetividad. El segundo, en la de lo normal cotidiano, lo objetivo y la visión racional de las cosas, todo ello con un trasfondo de politicismo y escepticismo. Establecidos estos principios, Ynduráin los aplica al estudio de movimientos como el 98, el Modernismo o el Novecentismo, y de figuras como Rubén, Valle, Baroja y otros.