'La casa de la noche', miedos, traumas y metaficciones en la nueva novela del 'bestseller' noruego Jo Nesbø
El creador del detective Harry Hole, personaje con el que ha logrado un éxito internacional, mantiene siempre en sus historias una mirada crítica.
31 marzo, 2024 03:47Jo Nesbø (Oslo, 1960) es conocido por la capacidad para construir thrillers de alto voltaje. Novelas nada complacientes que retratan esas certezas y miserias que existen en todo el planeta, incluso en una ciudad que ostenta ser un modelo de tranquilidad como Oslo.
Y es que el creador del atribulado detective Harry Hole, personaje con el que ha logrado un éxito internacional, mantiene siempre en sus historias una mirada crítica hacia el mundo, aunque el autor de El muñeco de nieve en ocasiones también se sale de los caminos que mejor domina para escribir novelas que transitan por otros géneros.
Hace apenas unas semanas Jo Nesbø recibió el Pepe Carvalho en la BCNegra, un reconocimiento que coincidía con su nueva ficción, La casa de la noche, libro con el que vuelve a jugar con el miedo de una comunidad al tiempo que expone la facilidad humana de construir juicios y de lo que se da o no por sentado, mediante una historia que transita el terror, el fantástico, y sí, claro, con elementos de género negro.
La casa de la noche está narrada en primera persona y presenta una estructura en tres partes en las que cada una de ellas marca un nuevo estado para el lector y le hace ver las cosas de una manera diferente.
En la novela, Nesbø despliega multitud de referencias al cine teen y de terror de los años 80 de serie B; además, se percibe el poderoso eco de David Lynch y la agonía existencial de la serie creada por Rob Serling, The Twilight Zone, así como el influjo de maestros del género como H.P. Lovecraft y Stephen King, u otras obras que cita y tienen relevancia en su escritura como La metamorfosis de Kafka y El señor de las moscas de Golding.
En la primera parte de La casa de la noche nos presenta a un chico de catorce años, Richard, que perdió a sus padres en un accidente y debe ir a vivir con unos tíos que no conoce al pueblo de Ballantyne, donde no encaja y lo consideran un paria. También él se afana en ser de ese modo: “Lograba que me odiaran y me temieran a partes iguales para que no se atrevieran a joderme”.
El impactante primer capítulo de la novela ya sitúa al lector en un estado de alerta. Es un capítulo en el que un amigo del protagonista desaparece y la policía pensará que Richard oculta algo porque no lo creen cuando dice lo que sucedió. Situación que se agrava cuando, más adelante, vuelva a desaparecer otro chico de una forma no menos fantástica.
Entonces acude a la biblioteca en busca de Imu Jonasson, alguien que parece estar vinculado con las desapariciones fantásticas de sus amigos, pero el caso no hará más que complicarse y terminará por cambiar la vida de Richard para siempre.
Es esta una historia que fluctúa por diversos estados de ánimo para generar inquietud y placer oscuro en el alma
La segunda parte transcurre quince años después, cuando Richard acude a una reunión de alumnos convertido en un exitoso escritor de thrillers juveniles. Finalmente, la tercera funciona como esa última pieza del puzzle que permite ver la compleja imagen que se ha estado ocultando y en la que se ve con nitidez la historia que hasta el momento se había mostrado de una forma un tanto borrosa.
Las tres secciones muestran los habituales puntos de giro que despliega Nesbø en su literatura. Al mismo tiempo, el tono de las partes se modifica para alcanzar un estado distinto en el lector. Quizás esta es una de las características más conseguida de la novela, junto a la voz dinámica del adolescente en la primera parte y la fluidez narrativa del autor que muta con naturalidad. La casa de la noche es una historia que fluctúa por diversos estados de ánimo para generar inquietud y placer oscuro en el alma.