La escritora estadounidense Siri Hustvedt (Minnesota, 1955) se expresa sin reparos. Tanto en su obra, que ha sido merecedora de reconocimientos tan importantes como el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2019, como en las apariciones públicas que protagoniza. En la rueda de prensa celebrada este martes en el Hotel Mandarín Oriental Ritz de Madrid, con motivo del Premio a la trayectoria literaria en los Premios Openbank de Literatura by Vanity Fair 2024, han bastado muy pocos minutos para que comenzara a dejar sus primeros titulares.
"Soy consciente de los movimientos autoritarios que se están produciendo en España". Amén de los agradecimientos previos por la acogida de un país que siempre le reporta "un sentimiento cálido y cariñoso", esta ha sido su primera consideración. Sin paños calientes. A riesgo de que la traducción hubiera envenenado la frase, la autora de El verano sin hombres se ha explicado: los movimientos autoritarios son los de su país —"Tenemos el riesgo de perder nuestra república constitucional", ha asegurado—, pero sabe que también amenazan a países como Italia, Francia y, por supuesto, España. Pues eso.
Preguntada por el devenir de las próximas elecciones en Estados Unidos, que volverán a enfrentar a Donald Trump y a Joe Biden, se siente "aterrorizada". Y ha sugerido, incluso, la necesidad de una "coalición de movimientos antiautoritarios encabezada por Biden". La era Trump "ha demostrado que Estados Unidos depende de las normas", ha dicho. Y que "la ley no es una estatua de mármol, sino que está tan viva como los habitantes de un país".
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¿Qué puede hacer la literatura en un contexto de incertidumbre como el que vive el mundo actual? Hustvedt, uno de los iconos feministas más influyentes de la literatura internacional, no cree "que la literatura vaya a salvarnos del fascismo o del neofascismo", tal y como esperábamos, aunque está convencida de que "las novelas son capaces de describir la experiencia humana de una manera más vívida que un periódico".
La que desde hace un año vive junto a su marido, el escritor Paul Auster, es una de esas intensas experiencias que marcan para siempre. "Vivir con alguien que padece una enfermedad letal te cambia la vida", ha asegurado Hustvedt, a propósito de la noticia que ella misma anunció en marzo de 2023. "Mi marido tiene cáncer y es muy duro, pero la dinámica sigue", ha venido a decir pocos minutos antes de tranquilizar a los presentes: "Está vivo, estable. Incluso está escribiendo. He hablado con él hoy mismo. Hay esperanza".
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La escritora asegura, remontándose al legendario "carpe diem" que ella misma ha mencionado, que "está viviendo el presente más que nunca". Ahora que ya es abuela, una de las "grandes ambiciones" de su vida, no se le olvida la frase que antes de morir en 2019 le dijo su madre: "Hacerse mayor es una maravilla". Entre otras cosas, porque "eres más libre", ha recordado.
En esta línea, ha deslizado que "la manera que tenemos de pensar en el tiempo en Occidente es lineal", algo que empieza, transcurre y acaba, mientras que ella prefiere "la idea del círculo": unos que se van y otros que llegan. "Me gusta pensar que mi nieto es una continuación de la vida", ha apostillado.
"¡Imaginaos un día del hombre!"
El mundo deslumbrante, libro que acaba de recuperar Seix Barral y tiene como nexo de sus postulados feministas a la artista Harriet Burden, ha sido el pretexto para preguntarle acerca del movimiento, aprovechando también la reciente celebración del 8M. "¡Imaginaos un día del hombre!", ha bromeado, seguramente sin saber que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, espetó una frase casi calcada el pasado viernes, Día Internacional de la Mujer, aunque con intenciones completamente distintas.
Ha sido la manera que ha escogido Hustvedt de lamentar que tenga que celebrarse un día como este. "Me parece curioso que necesitemos un día, más allá de que sea necesario", ha dicho. Y a propósito, "la idea que tenemos del progreso es un mito del siglo XIX", pues tal y como se ha visto en su país —ha añadido—, "es muy fácil que todo se desvanezca".
Respecto a las cualidades artísticas, se niega a aceptar que sean atribuidas a un género o a otro, pues "se ha demostrado lo difícil que es diferenciar si un texto es de un hombre o de una mujer". Del mismo modo, no habría que establecer categorías que correspondan a la literatura masculina o a la femenina. Por ejemplo Henry James, uno de sus autores favoritos, "tiene muchas cualidades femeninas", ha concluido.