'Europa', un recorrido por el turbulento continente, desde la posguerra mundial a la invasión de Ucrania

'Europa', un recorrido por el turbulento continente, desde la posguerra mundial a la invasión de Ucrania

Letras

'Europa', un recorrido por el turbulento continente, desde la posguerra mundial a la invasión de Ucrania

El historiador y periodista Timothy Garton Ash ha escrito un ambicioso libro que se mueve en el terreno del ensayo, pero funciona como una crónica personal.

31 diciembre, 2023 02:43

Historiador y periodista de larga trayectoria, Timothy Garton Ash (Londres, 1955) desempeña desde hace décadas el agradecido papel del británico europeísta y viceversa: un liberal progresista que ve tan poco europeísmo en Gran Bretaña –aunque sobre todo en Inglaterra– como falta de anglofilia en Europa y entiende como pocos la necesidad de que el continente se enfrente con éxito a sus viejos fantasmas.

Docente en Oxford y Stanford acostumbrado a ejercer su influencia en la prensa de los principales países europeos, Ash ha escrito un ambicioso libro sobre Europa que se mueve en el terreno del ensayo y, sin embargo, funciona como la crónica personal de un entusiasmo sostenido a lo largo del último medio siglo: el que su autor siente por el continente en su doble condición de ideal y territorio.

O sea: el ideal político de la unificación europea y el territorio real por donde pululan millones de individuos separados por la lengua o la religión y unidos por el sometimiento común a los azares de la historia. El resultado es un estimulante recorrido por esa turbulenta Europa que va de la segunda posguerra mundial a la invasión rusa de Ucrania.

Sumario de tipo Sidebar

Timothy Garton Ash

Traducción de Antonia Martín. Taurus, 2023 493 páginas. 23,90€

La estructura del relato dibuja un arco narrativo inusual. Tras la guerra, un continente destruido se esfuerza por sobrevivir; la Guerra Fría supone su división en el marco de la lucha existencial entre sociedades liberales y regímenes comunistas; la década de los 80 trae consigo el desarrollo económico de los países europeos y la consolidación de la democracia en el sur del continente, un ascenso que culmina con la caída del Muro y la posterior ampliación de las fronteras de Occidente por medio de las sucesivas ampliaciones de la OTAN y la UE.

Pero la historia no termina ahí, sino que continúa bajo la forma de una sucesión de reveses: de la crisis del euro al atentado en las oficinas de Charlie Hebdo, pasando por el traumático Brexit y la agresión rusa contra Ucrania. Hay que desmentir a Hegel: el progreso racional hacia lo mejor no solo conoce vaivenes, sino que admite retrocesos y quién sabe si colapsos.

Sea como fuere, este vasto tapiz histórico es tejido por Ash mediante una precisa acumulación de detalles. Cada uno de estos bloques temporales es narrado a través de capítulos cortos, que tan pronto nos transportan a Roma para hablar del cristianismo como nos introducen en el debate sobre el sesentayochismo, describen la sangrienta guerra de Yugoslavia o relatan la evolución ideológica de Viktor Orbán.

Esta obra es un estimulante recorrido por la Europa que va de la II pos-guerra mundial a la invasión de Ucrania

A diferencia de lo que hiciese Tony Judt en su monumental Posguerra, cuyo magisterio es invocado aquí de manera explícita, Ash desciende con mucha frecuencia al terreno de la experiencia personal: el libro se abre con una visita al pueblo normando donde su padre desembarcó el Día D como soldado del ejército británico y se cierra en el mismo lugar, que para colmo se llama Westen, donde el autor reflexiona melancólicamente sobre los últimos ochenta años de la historia europea y nos alerta sobre el peligro que supone esa ultraderecha euroescéptica que repudia a Bruselas en nombre de la soberanía nacional.

Para Ash, los nacionalismos sostienen una posición incompatible con el enjuiciamiento objetivo del pasado: si esta quizá es la peor Europa que hemos conocido, lo es solo a excepción de todas las demás.

Es difícil imaginar que alguien pueda sostener lo contrario después de leer esta crónica brillante y ecuánime, recomendable por igual para eurófilos (por su pesimismo constructivo) y eurófobos (por su realismo crítico). La vieja Europa tiene quien le cante.