Cada año, el nombre de Haruki Murakami (Kioto, Japón, 1949) se cuela en la parte alta de las quinielas al Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca aún no lo ha reconocido, pero el escritor japonés contemporáneo más leído y traducido en todo el mundo —más de cuarenta idiomas— acaba de ser designado como el ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, uno de los galardones más prestigiosos que ha recibido en su carrera, jalonada por obras tan importantes como Tokio Blues, 1Q84 y Kafka en la orilla.
"La soledad, la incertidumbre existencial, la deshumanización de las grandes ciudades, el terrorismo, pero también el cuidado del cuerpo o la propia reflexión sobre el quehacer creativo", según reza el acta del jurado del Princesa de Asturias, son algunas de las grandes preocupaciones que el narrador nipón ha volcado en sus obras.
En la editorial Tusquets, que se hace cargo de la publicación de sus obras en España desde 2001, aseguran que se trata de un "creador de un universo literario único e inconfundible, caracterizado por la atmósfera onírica que impregna todas sus obras, por la importancia otorgada a los sentimientos y por los elementos fantásticos —como la existencia de mundos paralelos, la animación de objetos y de animales— que aparecen en sus novelas y relatos". Estos son sus mejores libros.
[El escritor japonés Haruki Murakami gana el Premio Princesa de Asturias de las Letras]
Tokio blues (1987)
Publicada inicialmente en 1987, es el primer gran título de la bibliografía de Murakami, un éxito que le consagró como una estrella de la literatura internacional. El título original, Norwegian Wood, remite a una canción de The Beatles, y su contenido es una radiografía de la soledad, la pérdida y la iniciación de un estudiante, su protagonista, en la sexualidad. Recoge, entre otros contextos, las revueltas universitarias en el Japón de finales de los 60. El traductor de la obra al inglés, Jay Rubin, escribió que la obra encierra la complejidad y el simbolismo característicos de la obra de Murakami. Tran Anh Hung, director de la exitosa El olor de la papaya verde, adaptó la novela a la gran pantalla en 2010, mientras que el libro llegó a España en 2005 de la mano de Tusquets.
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995)
Tooru Okada es un hombre corriente que acaba de dejar su puesto de trabajo en un bufete de abogados y de pronto queda consternado por las desapariciones de su mujer y de su gato. La fusión de lo real y lo fantástico, una de las señas de identidad de su literatura, se dan cita en esta novela, que llegó a España en 2001. Era la primera que publicaba Tusquets del escritor japonés. Un buen número de frases poderosas se inoculan en esta telaraña de historias fragmentadas plagadas de simbolismo. La novela, que cuenta con más de 900 páginas, está considerada como una de las obras imprescindibles para comprender el universo de Murakami.
Sputnik, mi amor (1999)
De nuevo, a un personaje mundano —un profesor de primaria— le ocurren cosas increíbles. Sputnik, mi amor es la historia de un amor platónico donde, una vez más, será la desparición de una mujer la que active la trama. Numerosos elementos de la cultura japonesa jalonan esta novela trágica y misteriosa que hace pie en la metafísica sin renunciar al realismo. Las atmósferas oníricas tienen, no obstante, una presencia fundamental en esta obra. El crítico de El Cultural Rafael Narbona pondera, a propósito de Sputnik, mi amor, "la perplejidad de los personajes de Murakami, unos seres que se embarcan en insólitas búsquedas, intentando mitigar la extrañeza que experimentan ante su propio yo".
Kafka en la orilla (2002)
Un adolescente fugado y un vagabundo amnésico protagonizan otro de los títulos imprescindibles en la bibliografía del escritor japonés. Tras la publicación de Kafka en la orilla, en la web de Murakami se habilitó un espacio para que los lectores japoneses enviaran sus dudas acerca de determinadas cuestiones planteadas en la novela. Se recogieron más de ocho mil entradas, de las cuales el propio Murakami contestó más de mil. La narrativa avanza y retrocede entre las historias y alterna los capítulos para dar cuenta de cada trama. Es una novela compleja en la que Murakami, que hasta entonces se había servido de la primera persona, introdujo la tercera. "El resultado fue un texto más ambicioso y profundo", escribió Narbona en las páginas de El Cultural.
After Dark (2004)
Como ya ocurriera con el título original de Tokio Blues, Murakami toma el nombre de una música de jazz de Curtis Fuller, conocida como "Five Spot After Dark", para esta novela, que resultó ganadora del Premio Franz Kafka de la República Checa en 2006. Dos hermanas muy distintas entre sí, Mari y Eri, pasan una noche inolvidable en Tokio, enclave recurrente de sus mejores historias. Un reloj marca la hora en la que van sucediendo los actos al comienzo de cada capítulo, pero toda la historia transcurre durante la misma noche. Más allá de las alusiones supraterrenales —el sol, la luna— y una narrativa que recuerda al lenguaje cinematográfico, se trata de una historia sencilla, potente y redonda.
De qué hablo cuando hablo de correr (2007)
Murakami comenzó a correr a los 33 años. El 23 de junio de 1996 completó su primer ultramaratón, una carrera de 100 kilómetros, pero también se desempeña en la disciplina del triatón. En una entrevista, dijo que escribir y correr son dos actividades similares para él, ya que ambas requieren disciplina y constancia. En este heterodoxo libro autobiográfico, el escritor japonés da cuenta de una de sus grandes pasiones, el deporte, cuyo interés radica en la manera en que puede influir a un escritor para tener la mente despejada y crear, como ha hecho, obras maestras de semejante calado.
1Q84 (2009)
Su novela 1Q84 vendió un millón de copias en Japón en solo doce días. Se trata de una extensa novela en tres partes —tres libros que, juntos, superan las mil páginas— donde confluyen la ciencia ficción y el realismo mágico. El título, de nuevo, hace referencia a la mítica novela de George Orwell, 1984, pero en japonés la letra "q" y el número 9 son vocablos homófonos —ambos se pronuncian "kyū"—, por lo que el autor decidió establecer esta variación. El crítico de El Cultural Nadal Suau se hizo eco, en la reseña escrita para esta revista, de "un entusiasmo arrollador, una imaginación cargada de sentido jungiano, su eclecticismo, el humor absurdo y, sobre todo, su capacidad de seducción". Asesinatos, sexo y música, mucha música, impregnan las páginas de este ambicioso proyecto.
Música, solo música (2011)
Efectivamente, las novelas de Murakami están llenas de referencias musicales. Música, solo música recoge las conversaciones del escritor con Seiji Ozawa, el influyente director de orquesta japonés conocido por sus versiones de obras posrománticas. Brahms, Beethoven, Bartók, Mahler, Leonard Bernstein o Glenn Gould son algunos de los compositores que desfilan por estas páginas vibrantes, que constituyen un recorrido por las más bellas melodías y los mayores intérpretes del repertorio clásico. Es pertinente incluir aquí Baila, baila, baila, novela publicada en 1988 que desarrolla una trama de universos paralelos con la música de los años 80 como banda sonora.
Hombres sin mujeres (2014)
Esta colección de relatos "contiene la fórmula magistral de Murakami", según escribió Narbona en la reseña publicada en El Cultural: "una síntesis del Japón de la posguerra y el carácter neurótico de Occidente, aliñada con grandes dosis de pop, jazz y rock and roll". "Es desgarradoramente sincero", añadía el crítico. La edición de Tusquets, publicada un año más tarde, incluye "Samsa enamorado", aparecido primero en la antología Koishikute: Ten Selected Love Stories, de 2013. Los personajes femeninos cobran una importancia sustancial en estos textos que bucean en las conflictivas relaciones sentimentales de sus protagonistas.
Primera persona del singular (2020)
Se trata del último de sus libros publicados en España. "Confesiones de un mono de Shinagawa" es uno de los relatos más destacados de esta nueva antología. Los recuerdos de adolescencia y juventud vuelven a la primera línea de su narrativa, en la que, como siempre, se difuminan las fronteras entre realidad y ficción. "Personajes abrumados por la soledad y los problemas de identidad, ciudades con bares acogedores y con grandes avenidas impersonales donde cae una lluvia insidiosa” desfilan por este libro "puro Murakami", según Narbona, que resalta la "prosa directa y pegadiza como una melodía de los Beatles", así como las "atmósferas oníricas y deslumbrantes".