La lucha sigue

¡Buenos días!

Han estado cerca de ganar los siguientes poemas:

Sueño
Y ahora que bailamos sobre los pétalos más tiernos, / descalzos y alocados, / verdes crepúsculos se pasean por tu frente.

Comienzo celebratorio alzado sobre el precedente sugerido de un pasado que se supera, con esos pasos “descalzos y alocados” —somos “pétalos”—, antes de que una imagen de desgarradora belleza nombre al sujeto al que se alude con renovadora intensidad.

Prado
Donde germina el polen del paraíso / hace arder la lengua / del árbol desvestido.

Intensidad metafórica para un poema que logra sugerir mucho desde su tensión interna y sugerida en imágenes plásticas, con ese doble juego en el verso central que “hace arder la lengua”: ¿del sujeto poético, del lenguaje? Sugerencia final en la imagen sutil. Bueno.

PabloCavero
Bucean los niños en leyendas sobre paraísos// de dragones blancos y hadas de jade// deseando que la lectura sea interminable.

Escritura culturalista con vuelo de homenaje que no se queda en la referencia libresca a la que alude, con ese mundo alzado, sino que se sitúa en un discurso sereno y elocuente que nos lleva a la imagen de esos niños en sus propias leyendas: o sea, mundos. Bien.

Pero el ganador es

Giulia
El vuelo de tus manos esparce paraísos. / Y yo, que habité la rubia estela de tu sombra, / me perderé mañana, bailando, hacia el río que canta.

Solamente el primer verso ya es un poema en sí mismo con potencia y sentido, desde esas manos “voladoras” que “esparcen paraísos”. Imaginamos ese movimiento grácil desde los dedos, antes de que descubramos esa sugerente “rubia estela de tu sombra” y del verso final, que es celebración y canto y agua, con un baile vital que nos redime.

Tema de la semana: “La lucha sigue”. Porque no podemos olvidarlo. Lucha en cada bálsamo del frío, lucha en los resquicios del amanecer: personal, vital, amorosa, filial, ideológica, pública. Escribamos de esa lucha —que siempre es resistir— y que no acaba, en 3 versos y no más de 140 caracteres. Escribamos, sí, sobre la lucha festiva que también es vivir, sin reducir los brazos a cenizas, sin bajarlos mientras alzamos el poema.