Continúa la reescritura de libros clásicos en el mundo anglosajón para eliminar el lenguaje potencialmente ofensivo para determinados colectivos. Tras el sonado caso de Roald Dahl de hace unas semanas y el de los libros de James Bond escritos por Ian Fleming, sale ahora a la palestra el caso de Agatha Christie.
Según ha informado The Telegraph y ha recogido también The Guardian, las novelas de la célebre creadora de los detectives Hercules Poirot y Miss Marple están siendo minuciosamente revisadas y reescritas por parte de la editorial Harper Collins en las reediciones que ha hecho de ellas desde 2020 y las que se encuentran en preparación.
El objetivo primordial es eliminar los insultos y las referencias a la raza de los personajes, especialmente al describir a personas de raza negra, gitana, judía o asiática. Por ejemplo, el término "oriental" ha sido eliminado en las descripciones de estas últimas, y en algún caso se ha eliminado la alusión a la raza de un sirviente negro, según explica la prensa británica.
En otro ejemplo que menciona The Telegraph, se ha eliminado la descripción de un torso femenino como "de mármol negro", el "temperamento indio" de un juez y se ha sustituido la palabra "nativos" por "locales".
En la novela Muerte en el Nilo, una de las aventuras de Poirot escrita por la llamada "reina del crimen" en 1937, se ha eliminado un monólogo interior del personaje de la señora Allerton, que se queja de que unos niños la están incomodando fijando sus miradas en ella, y afirma: "sus ojos son simplemente repugnantes, y también sus narices, y no creo que en realidad me gusten los niños".
En la nueva edición de Misterio en el Caribe, caso de la detective aficionada Miss Marple que Christie escribió en 1964, se ha eliminado la referencia a que un empleado de un hotel la sonríe "con unos encantadores dientes blancos".
Los encargados de señalar los fragmentos que deben ser eliminados o cambiados son, como en otras ocasiones, "lectores sensibles" (sensitivity readers), una figura cada vez más presente en el mundo editorial, especialmente en el anglosajón.
No es la primera vez que las obras de Agatha Christie son objeto de revisión por el empleo de términos raciales ofensivos. El título original de su novela de 1939 Diez negritos (Ten Little Niggers en inglés), que hacía referencia al título de una canción popular, se cambió ya en su primera edición estadounidense, en 1940, por Y no quedó ninguno (And Then There Were None en el idioma de Shakespeare). El título original continuó usándose en las ediciones británicas hasta los años ochenta. "Nigger" es un término absolutamente desterrado en la esfera pública en la actualidad por su marcada connotación ofensiva, y los medios anglosajones se refieren a él como N-word (la "palabra N") para no repetirlo siquiera en noticias que informan de personas que la han pronunciado.
En España, la editorial Espasa se sumó el año pasado al cambio del título, que había ido sustituyéndose en los últimos años en las ediciones de otros idiomas como el francés y el alemán. Además, en 2020 el bisnieto de la famosa escritora, James Prichard, que ostenta los derechos de sus obras, decidió eliminar la palabra de toda la obra, donde aparecía decenas de veces.