Creador de personajes tan carismáticos como el policía Camille Verhoeven, y de otros títulos como Vestido de novia o Recursos humanos, en los que juega con los tópicos del noir para quebrarlos o verlos desde ópticas modernas, Pierre Lemaitre (París, 1951) elabora en su nuevo libro, Diccionario apasionado de la novela negra, una carta de amor a escritores, personajes de ficción, libros, películas y series de televisión que le han permitido no solo ser el escritor que es, también asociar las lecturas de género negro al entendimiento del mundo.
Estructurado por orden alfabético, el libro se lee de varias formas, pero tiene un hilo fino, irónico, invisible, cargado de impresiones personales y anécdotas que van de la gravedad al humor, y que le hace ganar si se lee de continuo. Porque las entradas de este diccionario se asocian y completan unas a otras. Y es que cada entrada de este inspirado (e inspirador) libro supone un descubrimiento y un viaje por la vida, la lectura y la creación literaria de Lemaitre.
El autor arroja luz sobre muchas cuestiones que ponen su foco en el estilo o en las emociones, para colocar el género negro fuera de fronteras y clichés, ya que el acercamiento que hace lo desmonta, pese a que, como advierte, se “acusa a la novela negra de abusar de estereotipos”. Sin embargo, Lemaitre se pregunta sagazmente si no se puede afirmar que cualquier género presenta sus códigos y que de modo invariable terminan por repetirse.
El acercamiento que Lemaitre propone está cargado de fascinación. Es como un hechizo que consigue trasladar a nuestra lectura desde la primera entrada que corresponde a A sangre fría de Truman Capote, sobre la que dice: “Mi pasmo tenía que ver con el hecho de que, por primera vez en mi vida de lector, veía cómo se aliaban, se replicaban y se oponían las dos hermanas enemigas de la literatura: realidad y ficción”.
Más adelante, citando a Mark Twain, escribe: “La única diferencia entre realidad y ficción es que la ficción tiene que ser creíble”. O cuando comenta: “Para Louis Aragon, la literatura es una máquina de desencriptar la realidad”, lo que hace partícipe al lector de los pensamientos y conexiones que realiza el Lemaitre lector/escritor a lo largo de su juventud y madurez.
Este diálogo interno del autor da cuerpo a la obra y la dimensiona. En este recorrido va del análisis de novelas y autores en los que Lemaitre absorbe influencias que luego desarrollará en su literatura, al compendio a la hora de configurar el propio gusto lector y también el impacto que tienen en la interpretación de la naturaleza de la condición humana.
El diccionario se lee de varias formas, pero tiene un hilo fino, irónico, invisible, cargado de impresiones y anécdotas
Diccionario apasionado... es un paseo cómplice por la mente de Lemaitre, en el que cuestiona desde que Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe sea la primera novela policiaca, en favor de Maese Cornelius y Un asunto tenebroso de Honoré de Balzac, a que si la norma no escrita es que en el noir la trama suele ser más relevante. En este sentido, y como los grandes del género, afirma que “la principal herramienta de la literatura son las emociones del lector”, por eso siempre los personajes son más importantes que cualquier trama.
Un libro inagotable en el que queda clara la querencia del autor de Nos vemos ahí arriba por escritores norteamericanos como Dennis Lehane, Larry Brown... clásicos como Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Hunter S. Thompson, sin olvidar las influencias de Georges Simenon; descubrimos que su novela favorita de Manuel Vázquez Montalbán es Asesinato en el Comité Central, o sus reflexiones sobre series como The Wire o Breaking Bad.
Tal vez, más que ningún otro género, el noir ilustra los deseos, frustraciones y esperanzas de nuestra sociedad; o dicho de otro modo, las novelas negras actuales son imprescindibles para entender el mundo de hoy. Y este libro es otra muestra de ello.