En Olvidado rey Gudú, la novela que Ana María Matute publicó en 1996, se cuenta una historia muy compleja en la que aparecen mezcladas las circunstancias vividas por cinco generaciones y las anécdotas que suceden en un reino desde que nace hasta que desaparece.
La autora construye todo un universo literario que se desarrolla en un hipotético país centroeuropeo durante el siglo diez. Para ello, recrea el inexistente Reino de Olar, donde vive una Reina capaz de aplicar la magia tras haber aprendido de su maestro –el Hechicero– que se comunica con seres fabulosos como el Trasgo del Sur.
En Olvidado rey Gudú Matute crea un espacio de fantasía donde tienen cabida seres imaginarios como brujas, ondinas, gnomos o elfos que nos transportan a una realidad simbólica. Entre otras muchas, la novela recrea la historia de la princesa Tontina, en cuya figura la autora da cuerpo a una recreación de la infancia –línea temática que la acompañará a lo largo de su dilatada trayectoria–, aunque también hay cabida para el amor.
En este texto profundo, a veces intrincado, hay espacio para otros contenidos relacionados con el odio, el desamor, la tristeza, el olvido o la venganza. Con Olvidado rey Gudú, Ana María Matute se convirtió además en la primera mujer que depositó un libro en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Corría el año 2009.