Élmer Mendoza: de narcos y otros terrores
El escritor mexicano regresa con 'Ella entró por la ventana del baño', una nueva entrega de Edgar "el Zurdo" Mendieta sobre una sociedad donde el narcotráfico permanece como una lacra enquistada
27 febrero, 2022 03:02Sexta entrega de Edgar “el Zurdo” Mendieta, el detective creado por Élmer Mendoza (Sinaloa, 1949). Un personaje singular y carismático, lleno de contradicciones, pues si bien odia a los narcos mantiene con la jefa del cártel del Pacífico, Samantha Valdés, una extraña amistad que no deja de sorprendernos, siendo como es un policía de Culiacán que no cobra del narco. En Ella entró por la ventana del baño notamos pocos cambios en la puesta en escena. Alrededor de Mendieta siguen su ayudante, Gris Toledo, Montaño, el forense, Briseño, su jefe, Robles, Ortega. Policías honrados o que al menos intentan serlo, en un mundo en el que la corrupción generada por el narcotráfico lo invade todo. Precisamente, el libro se abre con una cita de Fernando del Paso: “¿A qué horas, cuándo permitimos que México se corrompiera hasta los huesos (…) víctima del crimen organizado, el narcotráfico y la violencia?”
En esta entrega, “el Zurdo” Mendieta debe resolver dos asuntos, aparentemente sin relación entre sí. Por un lado, recibe la orden de resolver el asesinato de un excomandante de su unidad, “un mito porque se atrevió a balconear a una banda de militares que eran narcos, atrapó al jefe del grupo y lo metió en prisión”. Gerardo Manrique, que así se llamaba la víctima, era un policía ejemplar que por cumplir con su deber sufre el abandono más cruel: nadie quiere ser amigo de un policía honrado. Pierde su trabajo y después la vida.
Es la situación en la que se vive en Sinaloa y Mendoza lo denuncia en sus novelas. El segundo caso es un encargo privado: un hombre al que le quedan pocos días de vida quiere volver a ver a una antigua amante, de la que no sabe ni el nombre, que desapareció de su vida tan misteriosamente como había llegado: a través de la ventana del baño, que es el título de la novela, además de una canción de los Beatles que Mendieta conoce bien porque la escucha en el casette de su Jetta: “She came in through the batroom window”. Esta historia de amor, ocurrida años atrás, el lector va conociéndola a través de flashback en breves capítulos, que son reiterativos.
Tampoco hay cambios en el día a día del Zurdo. Escucha la misma música, su muchacha, Ger, sigue obligándolo a comer algo, con poco éxito, y Valdés se mantiene como protectora cuando se encuentra en dificultades, amenazado por un cártel rival. Y es que en medio de tanta violencia no todos los narcos son iguales, según se desprende de esta entretenida novela, que explora las relaciones entre narcos, instituciones y violencia de Estado, a través de una sintaxis fluida, llena de giros, aunque todo suene conocido después de seis entregas.