¿Qué libro tiene entre manos?
Estoy releyendo las Meditaciones de Marco Aurelio.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
No soporto que esté mal escrito.
¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Salvador Monsalud, el gran personaje de la segunda serie de los Episodios Nacionales de Galdós, un hombre de acción desencantado que, sin embargo, no deja de luchar por una España mejor.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No recuerdo el primero que leí, pero sí el primero que me cautivó, los Recuerdos de niñez y mocedad de Unamuno.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?
Leo a cualquier hora: mañana, noche. Y prefiero el libro clásico, en papel, aunque me adapto bien a las nuevas tecnologías.
Cuéntenos una experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
La lectura de Confesiones, de San Agustín, la obra maestra del pensamiento universal.
Su libro recorre nuestro pasado a través de medio centenar de paisajes: ¿cuál no deberíamos perdernos para comprender mejor quiénes somos?
Creo que el paisaje de Santiago de Compostela con su Pórtico de la Gloria, la puerta más bella del mundo, el gran icono de España y el Camino que concluye en su catedral explica la historia de nuestra patria.
¿De todos estos paisajes, cuál es su favorito y por qué?
Salamanca, ciudad en la que estudié con grandes maestros, como Miguel Artola y Fernando Lázaro, y que, sin duda, marcó mi gusto por la literatura. ¡Cómo no emocionarse ante el cúmulo de vida y cultura que atesoran sus piedras, cómo no sentir el impacto de la historia!
¿Y el que hubiese preferido no pisar?
Los campos de batalla de la guerra civil, una guerra fratricida que no estaba escrita por ese cacareado e inexistente cainismo de los españoles –un mito, como tantos–, un conflicto que pudo y debió haberse evitado.
Si, como escribe, Grecia “nunca ha dejado de señalar nuestros sueños y nuestra realidad”, ¿qué pasará si triunfan esos nuevos planes de estudios contrarios al humanismo?
Que seremos cada vez más ignorantes, más manipulables por el poder y más sumisos.
Cierra el libro con un paisaje muy especial, “Ermua, el motín de los resistentes”. ¿Qué queda del espíritu de Ermua hoy?
Lamentablemente nada. Los antiguos terroristas están en las instituciones del Estado y el gobierno, mientras agita la memoria del franquismo, nos exige amnesia respecto de los crímenes y atrocidades de ETA.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Me gusta el buen arte, al margen de la época en que se haya realizado; aunque me inclinaría por el arte clásico, porque al valor estético se añade el histórico.
¿Qué obra de arte le gustaría tener en casa?
Cristo muerto sostenido por un ángel, de Antonello de Messina del Museo del Prado. Desde que lo ví llevo la mirada perpleja y desolada de ese ángel en el corazón.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Masoquistas aparte, a nadie le gusta que lo pongan verde. Aunque las críticas no me afectan lo suficiente como para dejar de escribir lo que mi conciencia dicta.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me apasiona. Me emociona su paisaje, me identifico con la sociabilidad de su paisanaje y la belleza de su lengua universal. España es la patria del alma de los mejores escritores y artistas y la conciencia de los grandes filósofos y teólogos que se adelantaron en la proclamación de los derechos humanos.
Una medida para mejorar nuestra situación cultural.
Que se recuperen las disciplinas humanísticas en los centros educativos y se aumente el nivel de exigencia al evaluar a los alumnos, poniendo coto al desenfreno tecnológico que elimina cualquier esfuerzo intelectual.