“Martínez es uno de los fenómenos más portentosos a que ha dado lugar el periodismo español de las tres últimas décadas”, sostiene el crítico Ignacio Echevarría en el prólogo a Los domingos, una selecta e imprevisible recopilación de las piezas que el periodista Guillem Martínez (Cerdanyola del Vallès, 1965) ha publicado semanalmente desde 2016 en la revista digital Contexto y Acción (CTXT).
Ecléctico compendio de textos, invariablemente los artículos se titulan con un “Sobre…” tras el cual el autor introduce un tema que puede variar de onda hasta extremos insospechados y casi antagónicos. Así, sus páginas envuelven reflexiones sobre, por ejemplo, el sexo de los bonobos, que en el ser humano es equiparable al humor, sobre ideologías varias, sobre recuerdos de juventud viajando a París o asistiendo a fiestas house en la Gran Bretaña de Thatcher, pero también sobre asuntos como la fidelidad, la proporción áurea, el poder, Finlandia, el infierno, el dolor o la derrota.
Literatura disfrazada de periodismo, estas piezas navegan entre la poesía, el humor y la verdad de la vida
Temas todos ellos que Martínez trata con sagacidad y pluma afilada, pero también con una frescura espontánea y algo perpleja que atrapa al lector desde la primera frase. Su escritura, que usa sin complejos la primera persona, busca plantear visiones alternativas y nunca totalizadoras ni dogmáticas de una realidad que nos viene dada y, sobre todo, enganchar a un lector que no puede evitar epatar con alguien que narra con humor y un lenguaje coloquial nada impostado, escenarios donde todos podemos reconocernos.
Literatura disfrazada de periodismo, o, como las llama Echevarría, “confidencias filosóficas de una autobiografía fragmentaria”, los artículos de Los domingos navegan a caballo entre la poesía, el humor y la verdad de la vida, que es lo que nos une a todos. Como dice el autor en una entrada dedicada a un grito que le despertó de madrugada: “Esa voz es algo, por tanto, esencial. Es decir, es la esencia de algo. Supongo que de la individualidad. Es la voz verdadera de alguien”.