Unánimemente celebrada el pasado mes de mayo por su legado intelectual y literario, la otra herencia de Emilia Pardo Bazán, la patrimonial, parece que seguirá durante bastante tiempo siendo motivo de discordia y enfrentamiento entre los muchos agentes implicados. Y es que en los últimos días se han sucedido frenéticas noticias sobre el incierto futuro de la biblioteca atesorada en vida por la autora de Los pazos de Ulloa, así como sobre los bienes muebles que guarda su residencia, el conocido Pazo de Meirás, que en el siglo XX fue detraído como residencia estival por el dictador Francisco Franco y después pasó a manos de sus herederos, hasta que a finales del pasado año pasó a ser patrimonio del Estado.
De esta expropiación de la antigua casa de la escritora, ya declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008 por la Xunta de Galicia con la oposición de sus entonces titulares, ha surgido una enconada batalla legal entre los herederos de Franco y el Gobierno autonómico que afecta a mucho del patrimonio que Pardo Bazán reunió en la casa que construyó como refugio literario.
Tras la aprobación de la sentencia, que se hizo efectiva el pasado noviembre, la familia Franco tenía intención de vaciar el inmueble, en el que se encuentran objetos de gran valor, no solo buena parte de la citada biblioteca personal, sino también estatuas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, un sarcófago cuyo destino era albergar los restos de Emilia Pardo Bazán, pilas bautismales y otros objetos ornamentales que fueron colocados “con el propósito de unirlos de modo permanente al inmueble”.
Sin embargo, la jueza denegó esa posibilidad y nombró al Estado depositario para determinar cuáles de los 133 bienes reclamados (la familia solicita 55 de ellos) deben quedarse en el pazo por ser parte inseparable del inmueble o por haber sido incorporados con vocación de permanencia.
Un fondo desperdigado
Pero volvamos a la biblioteca. A día de hoy, no todos los libros de la nutrida colección de la escritora se encuentran en su mansión coruñesa. En 1978 se declaró un controvertido y misterioso incendio en el pazo, atribuido a un cortocircuito, aunque hubo quien apuntó a que la propia familia lo provocó para hacer desaparecer ciertas obras de arte hoy perdidas, sin embargo, las causas aún hoy se desconocen. Tras este incidente, la viuda de Franco, Carmen Polo (a quien se hace responsable popularmente de la destrucción de parte de la correspondencia privada de Pardo Bazán por considerarla pecaminosa) decidió trasladar parte de los libros.
7.883 volúmenes fueron a parar a la Real Academia Galega (RAG) —situada, curiosamente, en la casa natal de Pardo Bazán, en la calle Tabernas de A Coruña—, por iniciativa del entonces responsable de Cultura de la Transición, Pío Cabanillas, y allí se conservan actualmente. Por otro lado, unos 800 fueron llevados a un piso en el 8 de la calle Hermanos Bécquer de Madrid, residencia de la viuda de Franco. Este lote, junto a los alrededor de 3.000 que se conservan en Meirás, son los que hace escasos días, la familia Martínez-Bordiú, herederos de Franco, ofrecieron a la Real Academia Española (RAE), haciendo saltar todas las alarmas.
La Xunta de Galicia ha manifestado que hará "lo imposible por mantener la biblioteca en su tierra y gestionarla a través de su equipo"
Según cuentan a El Cultural fuentes de la institución, tras los contactos, el director de la RAE Santiago Muñoz Machado, puso el asunto en conocimiento del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que manifestó su firme decisión, de impedir que los libros salieran de la comunidad autónoma y de "hacer lo imposible por mantener la biblioteca en su tierra y gestionarla a través de su equipo". Una resolución que avala su rápida actuación cuando el pasado noviembre, a instancias de la RAG, publicó en el Diario Oficial de Galicia el expediente de incoación para blindar como BIC un total de 10.855 volúmenes, la suma de los que ya duermen en la RAG y los que continúan en Meirás, catalogados por la propia academia con profesionales de las universidades de Santiago y A Coruña.
Voluntades en conflicto
Y es que desde hace tiempo la RAG, intenta recuperar y reunir la totalidad de la biblioteca de Pardo Bazán, para, como afirma su presidente Víctor F. Freixanes, “integrar toda la colección en un único catálogo”. De hecho, con motivo del centenario, la academia gallega tiene previsto publicar en breve el inventario completo de su fondo bibliográfico en el que hay primeras ediciones y ejemplares dedicados de relevantes plumas de las literaturas española (Galdós, Pio Barroja, Concepción Arenal) y francesa (Dumas, Voltaire, Zola o Flaubert), entre otros.
"Por el momento, no se someterá a votación la posibilidad de aceptar o no los libros", desvelan fuentes de la RAE
Ante esta controversia, Muñoz Machado ya avisó a la familia de que, en caso de litigio, la Academia no entraría en disputas, una postura que cuenta con el apoyo de muchos académicos, como el exdirector de la RAE Darío Villanueva, que se mostró radicalmente en contra de aceptar los libros. En este contexto, la institución pretende rechazar el papel de coartada y ha informado de que “por el momento, no se someterá a votación la posibilidad de aceptar o no los libros”, hasta que se dirima la guerra judicial.
Por su parte, los nietos de Franco, empeñados en que el legado no pase a ningún organismo público, han manifestado que si la RAE no acepta, buscarán otra fundación de carácter privado que deberá firmar una cláusula de reversión que le obligará a devolver a los Franco esos libros si intenta posteriormente entregarlos a manos públicas. En todo caso, al ser BIC, el destino de ese fondo, considerado de gran valor cultural, deberá contar con la autorización de la Xunta. Y quienes obtengan su custodia deberán garantizar estrictas medidas de conservación, así como permitir su consulta al público cuatro veces al mes.
Un regreso a Meirás
Con la polémica en punto muerto, a la espera de las resoluciones judiciales, pero con el Pazo de Meirás ya en poder del Estado, resurge una antigua petición, la de convertirlo en la definitiva y más idónea Casa Museo dedicada a Pardo Bazán, como defendía hace unas semanas el catedrático de Teoría da Literatura e Literatura Comparada de la Universidade da Coruña José María Paz Gago, hasta hace escasos días también presidente del Comité Científico de La Tribuna. Cadernos de Estudos, revista de la actual Casa Museo de la escritora. “Las Torres de Meirás deberían convertirse en un gran centro cultural y de estudios pardobazanianos, dedicado a la escritora y a los valores sociales, culturales y literarios que ella representa, hoy plenamente vigentes”, defiende.
"Esta es la oportunidad para que todos los libros vuelvan a Meirás y cumplan allí una trascendental misión cultural", afirma Paz Gago
“La ubicación originaria de la Biblioteca de Pardo Bazán, donde se integra la de su padre, es indudablemente Meirás, pues una biblioteca no es una mera colección de libros sino la manifestación de un proyecto tanto vital como cultural de gran alcance”, apunta Paz Gago, que reitera que “ese es el sentido de la Biblioteca de doña Emilia, de valor incalculable por los fondos que alberga, que debe recuperar su unidad y, de este modo, toda su trascendencia”.
En este sentido, el también editor de Los misterios de Selva (Ézaro) —la novela policíaca nunca publicada de Pardo Bazán y la primera del género escrita por una mujer, cuyo manuscrito descubrió— afirma que “es urgente y necesaria la reunificación de esta importantísima biblioteca en su lugar de origen, donde está el espacio necesario para albergarla en las mejores condiciones”. Y, además, apunta que “debido a graves problemas estructurales, muy pronto la sede de la RAG entrará en obras, por lo que permanecerá inutilizable durante un período de tiempo muy largo. Es la oportunidad para que los libros de la Biblioteca Pardo Bazán hagan el viaje de vuelta a Meirás y allí se queden para cumplir la trascendental misión cultural y espiritual que les dio su creadora”.