En esta nueva colección de poemas del filósofo, narrador y poeta, José Luis Rodríguez García (León, 1949), todos los textos responden a una misma estructura: la voz se dirige a un tú, le habla de sus cosas, de sus anhelos y distracciones, del mundo en el que está, y en los versos finales se ocupa del yo que habla, ya en singular, ya como parte de un nosotros.
Así, salvo el poema final en el que no hay índice de interlocutor. De este modo, el libro es una especie de discurso de la experiencia, pero de una experiencia que, al menos en ocasiones –“tuve la gracia de vivir lo que tú vives”–, permite leer que ese tú al que se habla es un desdoblamiento de quien ha tomado la palabra, de manera que los poemas serían un relato autobiográfico.
Sirven estos para convocar el presente y el pasado, las aspiraciones de vida, de cambiar el mundo, el goce del tiempo entregado a lecturas y música, a los juegos y fantasías infantiles, las anécdotas de la adolescencia y la juventud, etc.
Visto todo desde un momento posterior, la palabra oscila entre la melancolía, el recuerdo de lo ido para siempre, “ya encerrado en la jaula sorprendente de los años”, y el consuelo, “escucho con alegría / el concierto nº 1 de Chopin”, cuando no todavía la ilusión de que un mundo mejor está por venir. Poemas dictados por la experiencia e impregnados de emoción, que no dejan en absoluto indiferente.