El Big Bang de la música estadounidense
La extraordinaria caligrafía periodística de Barney Hoskyns levanta acta en 'Hotel California' de un movimiento que anticipó la música de masas
22 febrero, 2021 10:53Lo bueno de inventar algo es que todo está por hacer. En el panorama musical de finales de los sesenta y primeros años de los setenta nadie sabía que se avecinaba un movimiento sísmico que lo cambiaría todo, un Big Bang provocado por creadores de universos como Bob Dylan o los Beatles del que surgirían constelaciones hasta ese momento inexistentes. Ni los Eagles, ni Linda Ronstadt, ni Joni Mitchell, ni Jackson Brown, ni Neil Young, ni Gram Parsons, ni James Taylor, ni Ry Cooder, ni David Crosby sabían que estaban desbrozando el camino —desde el rock suave, el country rock, la canción de autor o como quiera etiquetarse— por el que transitaría después la música de masas.
El acierto de este Hotel California, escrito por un auténtico enciclopedista del rock como el británico Barney Hoskyns (Londres, 1959), es acotar ese estallido en una época (1967-1976) y un lugar (Laurel Canyon). Hoskyns se traslada a este “erial alucinógeno” de Los Ángeles (como lo bautizó el “hereje” Frank Zappa) con toda una nómina de jóvenes llegados de diversas geografías para cambiar la americana (o quizá para crearla) con su guitarra, sus letras y su voz desde escenarios como el mítico Troubadour, desde sellos como el germinal Asylum y con productores como David Geffen, éste último convertido en la argamasa con la que el autor reconstruye toda una galaxia en la que, claro, no podían faltar tampoco agujeros negros con nombre propio: de Charles Manson a los Ángeles del Infierno, capaces de restar ingenuidad a lo que estaba sucediendo. Hoskyns retrata con la máxima tensión pero con el más oxigenante desenfado los hechos que protagonizaron grupos como The Mamas & the Papas, The Flying Burrito Brothers, Byrds, Beach Boys y Buffalo Springfield.
La extraordinaria caligrafía periodística del autor levanta acta de unas carambolas musicales que certificaron festivales como el de Monterey en 1967. Con su libro, Hoskyns le acaba dando la razón a Neil Young cuando cantaba que “es mejor quemarse que apagarse lentamente”. Ecos, sonidos, de un mundo perdido.