Como era de esperar, el coronavirus ha contagiado también al Diccionario de la Lengua Española de la RAE. Mientras la Real Academia Española y el resto de academias hermanas de la ASALE trabajan en la 24.ª edición de su obra más importante, la RAE ha presentado este martes la cuarta actualización anual de la versión en línea de la edición vigente, la número 23. Una cantidad importante de incorporaciones están relacionadas con la pandemia, como coronavirus, cuarentenar, cuarentenear, desconfinamiento, desescalada, e incluso COVID. En algunos casos se trata de artículos nuevos y en otros de nuevas acepciones de palabras ya existentes, que en los últimos meses han adquirido nuevos significados, como confinar.
Estos son solo algunos ejemplos de las 2.557 novedades que ha presentado este martes la Real Academia Española y que desde hoy se incorporan a la obra en línea de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), consultada por millones de hispanohablantes en todo el mundo. De todos estos cambios, aproximadamente la mitad son nuevos artículos y la otra mitad, enmiendas de ya existentes. La presentación ha corrido a cargo de la académica y directora del Diccionario de la lengua española Paz Battaner, quien ha detallado el trabajo con el que un año más la Academia continúa alimentando una de sus obras troncales.
Más allá del campo semántico de la pandemia, entre los términos que entran en el diccionario figuran también otros como animalismo, trolear, fascistoide, que reflejan realidades y tendencias sociopolíticas nuevas o recientes. Entran también voces relacionadas con el mundo de la gastronomía como faláfel o nacho; también de la medicina con la adición de antirretroviral, melatonina o vigorexia. En cuanto a las adiciones de acepción, y también relacionada con el mundo de Internet como trol y trolear, se define la palabra hilo como "en foros de internet o redes sociales, cadena de mensajes publicados sobre un mismo asunto".
Crónica de la Lengua Española 2020
Las novedades incorporadas en la reciente actualización del DLE se encuentran recogidas en la Crónica de la lengua española 2020, la primera edición de una obra que tendrá carácter anual y que nace con el objetivo de "que se conozca mejor el trabajo de la Academia", según ha explicado su director, Santiago Muñoz Machado. Un empeño que el académico ha mostrado desde que llegó al cargo con actividades culturales en la sede de la entidad o con un abundante programa de actividades y presentaciones públicas durante el último Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Sevilla, justo antes de la pandemia.
La Crónica de la lengua española reúne los trabajos desarrollados por la RAE a lo largo del último año —"no solo lingüísticos, sino también en el ámbito cultural y humanístico", señala Muñoz Machado— y describe los cambios y problemas más relevantes que, a juicio de los académicos, afectan a la unidad de nuestra lengua en el universo hispanohablante. El director de la RAE ha presentado la obra, de 900 páginas y editada por Espasa, en compañía de varios académicos que han desgranado algunos de los contenidos del anuario.
Así, la historiadora Carmen Iglesias ha explicado el trabajo con el que ha contribuido a la Crónica, sobre los miembros fundadores de la RAE. José Manuel Blecua ha aportado un artículo en el que explica con ejemplos cómo "nacen y mueren" las palabras del diccionario. José María Merino ha contribuido con un cuento sobre lingüística, inteligencia artificial y la necesidad de conservar la riqueza léxica de las lenguas. Ignacio Bosque ha hablado de las últimas ediciones de la Gramática y la Ortografía, del reciente Glosario de términos gramaticales, enfocado a profesores de lengua, y de la próxima edición de la Gramática, ya en proceso de elaboración. Juan Luis Cebrián, por su parte, ha incidido en las implicaciones de la transformación digital en el uso de la lengua; y José Manuel Sánchez Ron ha redactado un estudio en el que comenta la estrecha relación histórica de la Academia con las disciplinas científicas.
En el prólogo, Muñoz Machado divide la historia de la RAE en varias etapas. La primera de ellas, que denomina como "el tiempo de las catedrales", corresponde al siglo XVIII, cuando la recién creada Academia puso en marcha "las grandes obras sobre las que se sustenta la normatividad del español", es decir, el Diccionario de Autoridades (1726-39), el Diccionario de uso (1780), la Ortografía (1741) y la Gramática (1771). Después se inició una larga etapa en la que la RAE se centró en mantener la unidad del idioma en un universo hispanohablante en constante expansión "con criterios de armonización y regulación" y, por último, la etapa actual, marcada por "el reto de la digitalización", otra de las prioridades de la gestión de Muñoz Machado, que define la digitalización como "la más grande revolución de todos los tiempos". Así, asegura que la RAE "lleva camino de convertirse en una academia digital", ya que está "usando intensamente todas las facilidades que nos proporciona esta tecnología, y la puesta a disposición del público de todas sus obras debe basarse en ella".