Holmes-apocrifo

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Letras

Las aventuras apócrifas de Herr Sherlock Holmes

Funambulista rescata, en edición de David Felipe Arranz, los 'Archivos secretos' del detective, 230 episodios, publicados por entregas, que causaron furor en Alemania entre 1907 y 1911

3 junio, 2020 16:24

Ni siquiera su creador, el escritor Arthur Conan Doyle, que tuvo una relación ambivalente con su detective, fue capaz de matarlo. Cuando lo intentó, el clamor popular, que tomó forma incluso de amenazas, le hizo dar marcha atrás, tal era ya entonces la popularidad de Sherlock Holmes, insigne representante de esa estirpe de personajes literarios que, escapando al control de sus creadores, se convierten en mitos pasando a ser de dominio público. Porque, aunque podamos pensar que la ingente cantidad de adaptaciones cinematográficas, series de televisión e incluso libros basados en él se centran en las últimas décadas, lo cierto es que estas reinterpretaciones han sido la tónica habitual para el investigador en sus más de 130 años de vida.

Sin embargo, ninguna de estas “aventuras apócrifas” ha sido tan enrevesada, impactante y directamente holmesiana como la que recupera ahora la editorial Funambulista bajo el título los Archivos secretos de Sherlock Holmes, un corpus de 230 relatos publicados en Alemania por dos oscuros escritores a principios de siglo, todavía en vida de Conan Doyle, que ha encontrado, casi por casualidad, el escritor y periodista David Felipe Arranz, editor de este primer volumen que reúne cuatro relatos: “La hija del usurero”, “La Kodak traidora”, “El enigma de la casa de juegos” y “El vestido de la reina”.

"El éxito de estas aventuras de Holmes fue tan arrollador que de Alemania saltaron a otros países como Rusia, donde vendieron miles de ejemplares"

La historia comienza en 2012 durante un viaje a París, cuando Arranz encontró entre los célebres buquinistas del Sena, del que es asiduo como coleccionista de todo tipo de rarezas bibliográficas y papeles antiguos, “un libro de Sherlock Holmes en español, pero sin firma de autor ni fecha y lugar de edición”. En un primer momento, el escritor pensó que sería “un negro de Conan Doyle, quizás un español que había hecho un pastiche de novelita de quiosco a lo Corín Tellado”. Sin embargo, pronto descubrió en los archivos y referencias que estos relatos venían de Alemania, y que no se trataban para nada de una rareza sino de “una pequeña parte de una ingente serie de 230 historias que, bajo el título de El detective Sherlock Holmes y sus más famosas aventuras, se publicaron anónimamente en Alemania entre 1907 y 1911 con un éxito tan arrollador que pronto rebasaron las fronteras germanas y llegaron a países como Rusia con idéntico éxito”.

Detalle de una ilustración de Alfred Roloff publicada en los volúmenes originales

Ampliando el universo Holmes

Pero la historia todavía gana enteros. Escarbando aún más, y gracias a una visita a la Biblioteca Estatal de Berlín, que “mantiene una fabulosa colección de novela policiaca y de quiosco”, Arranz pudo encontrar los originales de esas novelas pulp y de quiosco que, de otro modo, como ha ocurrido con las obras de ese género en nuestro país, habrían desaparecido. Además, el escritor pudo convencerse de que la autoría de la serie de relatos pertenece a “Kurt Matull y Matthias Blank, dos personajes con vidas novelescas. Eran dos escritores muy de principios de siglo, muy de folletín, que lo mismo servía para un roto que para un descosido y escribían novelas de viajes, guiones de cine, bildungsromans, libreto de teatro...”.

"A Conan Doyle no le molestó que se ampliara el universo de Sherlock Holmes, ya que al extenderse su fama habría más ventas de las novelas originales"

Pero a pesar de no estampar su firma en los cuentos, la editorial Lutz, que por aquel entonces era la propietaria de los derechos del Sherlock Holmes original en el país germano dio con ellos y, contra todo pronóstico, les dio su permiso para seguir publicando. Con condiciones, claro. “Les obligan a quitar el nombre de Sherlock Holmes del título y a otros pequeños cambios para no entrar en conflicto con la saga canónica, en ese momento todavía en curso”. Y es que no olvidemos que, en aquel entonces, Conan Doyle todavía se encontraba escribiendo sus propias historias del detective, a las que no daría cierre hasta 1927. “Mi tesis es que al escritor escocés no le molestó demasiado que se ampliara el universo de Sherlock Holmes, ya que al extenderse la fama del personaje esto conllevaría más ventas de las novelas originales. Fue una decisión muy inteligente y más propia de hoy en día que de los años 10”, valora Arranz.

De hecho, a pesar de los cambios, cualquier amante de las novelas de Holmes reconocerá el ambiente y el tono en estos relatos. ¿Diferencias clave? La primera, la ausencia del nunca elemental doctor Watson, que es sustituido “por un narrador omnisciente y un torpe ayudante, Harry Taxon”. También la profundidad en la descripción que lograba un Conan Doyle que fue “un gran retratista de los usos y costumbres y un gran perfilador del alma humana. Además de crear una novela detectivesca, la aliñaba con reflexiones introspectivas acerca de las motivaciones que pueden mover a alguien a cometer un delito”, opina el editor.

Aunque no cuenten con estas sutilezas, a su favor, estos nada desdeñables imitadores tienen “grandísimas dosis de acción, diálogos ágiles y vibrantes y una espectacular recreación de ambientes lúgubres, tabernarios, y marginales: las calles de Londres, el mundo de la prostitución de White Chapel y del ocultismo, tan de Conan Doyle, y también el de los cementerios y ladrones de cadáveres”, desgrana Arranz. Todos estos parajes y entornos que ambos autores explotan tan bien casan a la perfección con ese estilo folletinesco que llegaba a su cenit en aquellos años.

Detalle de una ilustración de Alfred Roloff publicada en los volúmenes originales

En los márgenes del canon

Hoy, más de un siglo después, ha quedado constatado que hubiera tenido o no Conan Doyle la pretensión de establecer un canon, éste no habría sido capaz de aguantar el empuje del fenómeno Sherlock Holmes, que “ha derivado en la creación de multitud de versiones que miles de fanáticos y amantes del personaje consumen de forma masiva, como vemos incluso hoy en día cada vez que aparece un nuevo libro, película o serie de televisión”. Pero ¿dónde radica el atractivo de este personaje capaz de encandilar a lectores y espectadores generación tras generación?

"Sherlock Holmes es un antecedente directo de los superhéroes de la Marvel: personas en los márgenes que ayudan a la sociedad, incluso a su pesar"

Para Arranz, “hay un asunto de Holmes que fascina y siempre fascinará: es un ser humano dotado de una inteligencia privilegiada, con grandes dotes deductivas, que pone su talento y su cerebro superdotado al servicio del bien”. En su papel como una especie de concreción de la bondad que, con esa indiferencia y frialdad tan típicamente holmesianas, nos ayuda a todos ve el escritor el éxito de un personaje que considera, como héroe solitario y desinteresado que se pone al servicio de lo común, “un antecedente directo de esos superhéroes de la Marvel de los años 20 y 30... Personas en los márgenes, singulares, que ayudan, incluso a nuestro pesar”.

Por ello, el editor se muestra satisfecho con esta “aportación de gran interés a los márgenes que complementan el canon holmesiano, esa colección ortodoxa escrita y supervisada por Conan Doyle para The Strand Magazine”. Y anuncia que, como poco, habrás otras dos entregas que funambulista prevé para 2021: Nuevos archivos secretos de Sherlock Holmes y Últimos archivos secretos de Sherlock Holmes.