Víctimas que pierden el miedo
La quinta novela de la canadiense Miriam Toews narra las consecuencias de varios años de abusos espeluznantes en una comunidad menonita de Bolivia
26 febrero, 2020 19:11Basada en hechos reales, Ellas hablan, quinta novela de la canadiense Miriam Toews (1964), narra las consecuencias de varios años de abusos espeluznantes. Entre 2005 y 2009 las mujeres de una comunidad menonita en Bolivia se despiertan a menudo aturdidas, golpeadas y con las sábanas manchadas de sangre. Los sabios de la secta atribuyen a pesadillas o al Maligno lo ocurrido, pero una de las víctimas, tras permanecer varias noches en vela, descubre a un vecino entrando a hurtadillas en su casa para administrar a las durmientes anestésico para animales y violarlas. Cuando da la alarma, el hombre delata a otros seis responsables de las agresiones, de las que fueron víctimas incluso niñas de tres años. Y los culpables eran amigos, hermanos, primos…
Aunque la tentación debió de ser muy fuerte, la autora elude los aspectos más truculentos de la historia, pues su objetivo es enfrentar a las abusadas, miembros de dos familias, las Friesen y las Loewen, a una decisión que cambiará sus vidas. Para lograr el regreso de los violadores, el líder religioso de la comunidad, el obispo Peters, quiere pagar la fianza y que las mujeres los perdonen y olviden todo. Pero ¿deben hacerlo? ¿Pueden? Porque están tan furiosas que si los responsables están ahora en prisión es porque avisaron a la policía para evitar que ellas los mataran cuando fueron descubiertos.
Ellas no saben leer ni escribir, tampoco hablan español sino plautdietsch o bajo alemán, un idioma medieval moribundo, mezcla de alemán, holandés, pomeranio y frisio. Por eso deciden que un antiguo miembro expulsado de la comunidad, August Epp, tome nota de los debates de las mujeres, reunidas en un pajar para decidir si, apoyadas en su fe y su pacifismo, aceptan los designios del obispo Peters o si se marchan y empiezan de nuevo, aunque la religión sea su única patria. Mientras discuten qué hacer, gritan, fuman, maldicen, recuerdan, incluso bromean… Saben, por ejemplo, que los malos tratos no empezaron con los abusos sexuales, que “viven toda su vida mudas, sumisas, como siervas obedientes… animales”. Y lo peor de todo, que tan culpables son los hombres hoy encarcelados como los que, sabiéndolo todo, callaron.
Como ya hiciera Tara Westover en Una educación (2018), Miriam Toews nos descubre la vida, olvidada, casi secreta, de demasiadas mujeres fanatizadas que hoy en día viven como en el siglo XIX, ajenas al mundo y a las increíbles conquistas de la cultura y la libertad.