Dos meses después de ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid, el periodista y escritor David Gistau (Madrid, 1970), una de las mejores plumas del columnismo español, ha muerto a los 49 años. El pasado mes de noviembre había sufrido una grave lesión cerebral mientras hacía ejercicio en el gimnasio madrileño donde acudía con regularidad.
Aunque sus comienzos fueron como guionista de televisión, como buen admirador de Francisco Umbral su meta siempre fue la redacción y lo consiguió de la mano de Luis María Anson que en 1998 le fichó para la columna de contraportada del recién fundado periódico La Razón convirtiéndose, con 28 años, en joven promesa del columnismo español. Para esta misma cabecera cubriría la guerra de Afganistán donde estuvo destacado como corresponsal. En 2004 publicó su primer libro, A que no hay huevos (Temascinco), sobre su experiencia en el conflicto.
De aquellos siete años reunió casi un centenar de artículos en un volumen, La España de Zetapé (Libroslibres, 2005), donde se ponía de manifiesto, en palabras del crítico Bernabé Sarabia, "la capacidad de su prosa para descubrir, subrayar la estupidez humana y fijar todo ello en las escasas líneas de una columna de periódico. Al mismo tiempo, su valor para parodiar e irritar en todas direcciones le proporciona una buena dosis de legitimidad".
Acababa de incorporarse entonces a la plantilla de El Mundo, ya como columnista estrella, y allí firmaría sus mordaces e irónicas columnas hasta 2013, año en el que se incorporó a ABC, donde escribiría hasta 2018. Volvió entonces a El Mundo donde publicaba su necesario abordaje hasta el pasado mes de noviembre. Durante estos años su prosa se hizo imprescindible en el análisis de la política, la sociedad y la cultura: "La adjetivación, exacta; la metáfora, enervada; la sintaxis, fracturada; el diálogo, sin sosiego; la escritura, entristecida y turbia; la fabulación, de vanguardia; la arquitectura literaria, cristal y acero", escribiría de él Luis María Anson.
Y se encaminó hacia la novela. Sus otras dos pasiones, el fútbol y el boxeo, se cruzaban irremediablemente en sus historias y así, en 2008, publicaba la novela Ruido de fondo (Ediciones B), en la que mezclaba el periodismo con el mundo de los hinchas más radicales del fútbol y la investigación criminal. En 2017 llegaría Golpes bajos (La Esfera de los Libros), la novela que le permitió escribir sobre el boxeo y su ficción más aplaudida. Una historia clásica de un personaje, Alfredo, entrenador de púgiles en su pobre gimnasio en las afueras de Madrid, que llevó al crítico Santos Sanz Villanueva a afirmar que "David Gistau no solo es un estilista sobresaliente, alguien que convierte en literatura lo que toca echándole prosa, por así decirlo". Como él mismo explicó, el veterano boxeador Jero García, con quien entrenaba en el Metropolitano, fue clave para la construcción de este personaje.
Su último libro, Gente que se fue (Círculo de Tiza, 2019) confirmaba su talento para el relato corto y el cuento, como dejó escrito Sanz Villanueva: "Los relatos de David Gistau se asoman a la cara oscura del alma y dejan un rastro de desaliento, fracaso, dolor y desesperanza. Es una escritura de tono grave y de ámbito intimista, aunque barnizada con notas de realismo cotidiano".
Voz habitual también en la radio, fue, junto a los periodistas Manuel Jabois y Rubén Amón, uno de los primeros miembros de La Cultureta, el programa cultural de Onda Cero presentado por Carlos Alsina. Desde 2015 ha estado ligado a la cadena Cope analizando la actualidad en el programa de Carlos Herrera.
Reacciones
Las reacciones de políticos y compañeros de profesión no se han hecho esperar y las redes han recogido las palabras, entre la tristeza y la admiración, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que decía en Twitter "Nos deja un periodista y columnista de gran talento, mordaz e inteligente". También el líder del PP Pablo Casado se hacía eco de la noticia en su cuenta de esta red social: "El periodismo pierde a uno de sus grandes referentes, David Gistau. Un columnista brillante que analizaba la política con talento innato". Al igual que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida ("David Gistau es historia del mejor columnismo español") y la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
Entre los periodistas, la emotiva despedida de Pedro G. Cuartango, su jefe cuando era responsable de opinión de El Mundo: "Desolación por la muerte de David Gistau. Su bonhomía, su generosidad y su talento dejan una huella imborrable. Jamás podrá ver crecer a sus hijos, como él deseaba. Un cruel golpe del destino. Adiós, querido amigo. Siempre estarás en nuestro corazón". Y la de Agustín Pery: "Se ha muerto el amigo, el camarada, el referente, la sonrisa, el latido, mi wikipedia. Se me han ido los abrazos del colega que siempre encontró tiempo para regalarme el mejor de los consejos". "Está de luto la España de la inteligencia", ha escrito Albert Boadella y el novelista Arturo Pérez Reverte, retuiteaba la noticia: "Nuestro David".