El cada vez más radicalizado panorama político abre la puerta a un ejercicio de memoria. El cuestionamiento del comunismo y su papel en el siglo XX, la Transición y la España que ha creado o el recuerdo del terrorismo, son advertencias para un futuro en el que debemos evitar antiguos errores.
- Las votaciones de nuestros críticos
1. Luz tras las tinieblas
Roberto L. Blanco Valdés. Alianza
En el esclarecedor subtítulo de este libro del catedrático Blanco Valdés,
Vindicación de la España constitucional, está la clave de su tesis: defender el llamado "régimen del 78". Acusado en los últimos años desde varios frentes de amnesia política, partitocracia, posfranquismo..., el autor recuerda que durante varias décadas predominó la visión de que el consenso mayoritario alcanzado en la Transición y la Constitución creada entonces, fueron pilares determinantes en la construcción de un Estado social, en el establecimiento de un verdadero sistema de derechos y libertades y en la consecución del periodo de estabilidad democrático más largo de nuestra historia. Por ello, sin evitar comentar los aspectos mejorables, desmiente los ataques, interesados o ingenuos, a la que define como la mejor España que podemos recordar. Como sostuvo Juan Avilés en su reseña, "sería conveniente que libros como este los leyeran nuestros políticos pero sobre todo los ciudadanos".
2. Memoria del comunismo
Federico Jiménez Losantos. La Esfera de los Libros
Desde el fervor del converso, Jiménez Losantos recorre con mirada crítica un siglo de comunismo, de Lenin a Podemos, deteniéndose en el Gulag, las torturas, la vigilancia y el horror, pese a los cuales, a juicio del autor, perdura la condescendencia. Porque si el comunismo ha sobrevivido, sostiene, es gracias a la indulgencia o complicidad de una parte de la izquierda y al retraimiento de sus adversarios. Un gran fracaso, ya que la "única forma intelectualmente respetable de acercarse al comunismo es a través de sus víctimas".
3. Con permiso de Kafka
Jordi Canal. Península
En un viaje de
El proceso de
Kafka al
procés secesionista, este lúcido repaso del historiador Jordi Canal a las raíces y estado actual del nacionalismo catalán abandera otra hornada de buenos ensayos sobre un tema que va enquistándose en la realidad española. "En Cataluña se vivía a principios del siglo XXI, en un Estado de derecho, en todas partes reinaba la paz y las leyes permanecían en vigor. Y, casi de golpe y sin avisos previos ni demasiadas alertas, estalló el proceso independentista". Una situación verdaderamente kafkiana, ¿no?
4. El golpe posmoderno
Daniel Gascón. Debate
Una característica de la posmodernidad es que no hay verdad común ni objetividad, sino que todos los hechos son interpretables. En esta ciénaga de relativismo sitúa Daniel Gascón al independentismo catalán y a su deriva ilegal, el golpe de Estado de octubre de 2017, que supone el mayor desafío al que se ha enfrentado la democracia española contemporánea. Con humor y ecuanimidad, el autor se zambulle en este escenario de utopías idealistas y contradictorias, mentiras y manipulaciones, que puso en cuestión nuestra forma de convivencia.
5. Elogio del liberalismo
José Manuel Ruiz Soroa. Catarata
Perdido entre el resto de
ismos que pueblan la diealéctica ideológica y política actual, la realidad es que no tenemos para nada claro lo que es el liberalismo, a menudo reducido a su vertiente económica y su defensa del libre mercado, la competencia y el darwinismo social. Por ello, el abogado Ruiz Soroa plantea en este ensayo un alegato en defensa de este modelo de pensamiento alejado de las grandes utopías que apela al realismo y la contención, y ensalza su excelencia teórica y política, basada, dice, no tanto en su perfección como en su apertura.
6. La llamada de la tribu
Mario Vargas Llosa. Alfaguara
Bien conocida es la tortuosa evolución intelectual y política de Mario Vargas Llosa, desde la izquierda radical de su juventud hasta su actual defensa de las doctrinas liberales. Un tránsito ideo-lógico que es también símbolo de buena parte de los cambios políticos ocurridos en la segunda mitad del siglo XX. En este recorrido autobiográfico, el Nobel peruano relata los diversos avatares que fueron modificando su postura que se unieron a la decisiva influencia de siete grandes pensadores liberales con los que se siente en deuda.
7. La derrota del vencedor
Rogelio Alonso. Alianza
El fin de ETA es una indudable victoria fruto del esfuerzo de todos los españoles, pero a juicio del profesor Alonso, quizá hemos pecado de un exceso de triunfalismo. Y es que a pesar de que la banda terrorista no ha conseguido sus objetivos, su brazo político, que identifica con Bildu, ha obtenido importantes réditos políticos a costa de los partidos constitucionalistas. Para el autor, este final no es el mejor de los posibles, pero sí el mejor de los probables.
8. Las redes del terror
José María Faraldo. Galaxia Gutenberg
Con su rigor habitual, el historiador José María Faraldo se adentra en un nuevo aspecto de la historia de los antiguos países del Este, el surgimiento, la actividad represiva y el papel capital de las policías secretas en la vida diaria de la Europa comunista. Espionaje masivo, lucha contra la disidencia y vigilancia sobre la población fueron las señas comunes del KGB, la Stasi o la Securitate, una represión que convirtió Europa del Este en un régimen de terror.
9. Fernando VII
Emilio La Parra. Tusquets
Muchas son las sombras que proyecta hoy día el llamado "rey felón", apodo que no es inmerecido a juicio del catedrático Emilio La Parra, que subtitula su monumental biografía
Un rey deseado y detestado. ¿Cómo entonces pudo mantenerse en el trono? Pues porque "Fernando VII fue un rey imaginado", sostiene el historiador, es decir, los españoles se lo representaron de un modo muy distinto a como era en realidad, "ante todo un eficaz y contemporizador posibilista, un superviviente".
10. La deriva reaccionaria de la izquierda
Félix Ovejero. Página Indómita
Desde su posición de referente intelectual de la izquierda antinacionalista española, el filósofo Félix Ovejero desmenuza en este grupo de ensayos la renuncia por parte de la tradicional izquierda ilustrada y racional a moldear una nueva sociedad. Aquel socialismo clásico, con su racionalismo universalista y su afán de igualdad y libertad, ha sido seducido y arrastrado por la emotividad y el sentimentalismo hasta hacerse reaccionario. Ya no está ni se le espera, se lamenta el pensador.