Image: Dardo Scavino: El crecimiento de la extrema derecha es un triunfo de los yihadistas

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Letras

Dardo Scavino: "El crecimiento de la extrema derecha es un triunfo de los yihadistas"

El filósofo y ensayista argentino reflexiona sobre el terrorismo islámico en El sueño de los mártires, Premio Anagrama de Ensayo 2018

28 diciembre, 2018 01:00

Dardo Scavino

Las dos primeras décadas del siglo XXI han visto el auge imparable de un terrorismo masivo asociado al fundamentalismo islamista que saltó a los mapas con el brutal atentado del 11-S, que cambiaría el mundo para siempre. Desde entonces, la brecha entre Oriente y Occidente no ha hecho sino ampliarse en todas partes, hasta el punto de crear un pánico social en los países occidentales, que fomentan un miedo que hace el juego a los yihadistas, empeñados en afirmar la incompatibilidad absoluta entre el islam y los valores liberales y democráticos surgidos en Occidente.

Sin embargo, antes de caer en juicios simplistas deberíamos valorar realmente el papel histórico y reciente que ha jugado Occidente en la conformación del mundo árabe actual. Así opina el ensayista y filósofo Dardo Scavino (Ciudad Jardín Lomas del Palomar, 1964), que en El sueño de los mártires. Meditaciones sobre una guerra actual, Premio Anagrama de Ensayo 2018, establece una poliédrica visión de las motivaciones del yihadismo, más políticas y sociales que religiosas, y logra elaborar una impugnación de la falsa inocencia de Occidente, dueño de su propio discurso mesiánico y de una secular propensión al providencialismo, sin que ello signifique una justificación política o moral del terrorismo islámico. Todo ello además de desmenuzar el núcleo real del conflicto: las visiones absolutamente antagónicas del concepto de libertad y de la relación ideal del individuo con la comunidad.

Pregunta. Para gran parte de Occidente, el terrorismo islámico nace con los atentados de 2001 y se consolida en los años posteriores, pero usted se remonta varios años atrás. ¿Cuál es el origen del islamismo actual y qué papel jugó Occidente en su nacimiento y consolidación?
Respuesta. El terrorismo islámico es muy anterior a 2001. Se remonta a los atentados contra el gobierno afgano aliado de los soviéticos a fines de los años setenta o el asesinato del presidente egipcio Anwar el-Sadat en 1981. Pero por ese entonces, estos yihadistas eran aliados de Washington y se los consideraba como freedom fightersen lucha contra el comunismo o los nacionalismos árabes laicos. Occidente empieza a percibirlos como terroristas enemigos de la democracia después de los atentados en Francia durante los años noventa y del ataque contra el navío US Cole de Estados Unidos en el puerto de Yemen en el 2000.

P. ¿Qué diferencia a la antigua Guerra Fría, la lucha de bloques, de este nuevo conflicto global?
R.Tanto las tropas de Kim Il-Sung en Corea como el VietCong en Indochina eran considerados por Estados Unidos como ejércitos enemigos, con todo lo que esto implica, por ejemplo, en términos de tratamiento de los prisioneros. No sucede lo mismo con los "grupos terroristas". Estados Unidos los trata como si fueran bandas criminales, aunque cometan sus delitos fuera de la jurisdicción estadounidense. Los prisioneros, en este caso, no son ni combatientes enemigos ni delincuentes extranjeros, lo que trajo aparejado un fenómeno como la cárcel extraterritorial de Guantánamo, las prisiones clandestinas en varios países o los llamados "asesinatos selectivos" que no entran ni en la categoríade actos militares ni policiales, y se parecen más a una cacería que a una acción de guerra. El terrorismo se convirtió en el pretexto para que Estados Unidos extendiera su sistema de vigilancia e intervención a todos los países del globo.

El terrorismo se convirtió en un pretexto para que Estados Unidos extendiera su dominio globalmente"

P. Desde los años 70, en muchos países árabes las dictaduras laicas de izquierdas, e incluso gobiernos relativamente democráticos, han dado paso a regímenes integristas.¿Hasta qué punto es Occidente responsable de esta islamización de las últimas décadas?
R. Occidente es directamente responsable de esta islamización desde el momento en que apoyó a esos grupos integristas en Pakistán o Afganistán y, más recientemente, en Libia o Egipto, como ya lo había hecho Kissinger en Indonesia durante los años 60 contra el gobierno de Sukarno, uno de los impulsores del Movimiento de Países No-Alineados. Esto sin contar con que Estados Unidos y varios países europeos establecieron una alianza con algunas monarquías wahabitas de la Península arábiga que financiaron a muchos de esos movimientos islamistas cuando no a los propios autores de los atentados del 11-S, como se sospecha por la censura de los informes sobre estos acontecimientos que Obama había prometido levantar y que finalmente dejó ocultos.

P.Patriotismo, nacionalismo, integrismo o fanatismo religioso... ¿cuál es la verdadera causa del terrorismo islamista? ¿Es realmente incompatible el islam con los valores occidentales?
R. Todas esas palabras que usted enumera nacieron en Occidente, no en Oriente. Incluso el adjetivo "integrista" proviene de un partido español antiliberal del siglo XIX, mientras que "fundamentalista" aludía a algunas organizaciones puritanas de los Estados Unidos a principios del siglo XX. ¿Puede decirse que las dictaduras de Hitler, Mussolini, Franco, Salazar o Pétain eran incompatibles con los valores occidentales? Hay muchos Occidentes, evidentemente. Y hay muchos Orientes también. La idea de bloques homogéneos como los presenta Huntington no tiene ningún sustento. Creemos que los occidentales fueron los campeones de la democracia, pero cuando observamos la historia occidental,la democracia apareció en muy raras ocasiones antes de la Segunda Guerra Mundial. Los islamistas, es cierto, quieren sustituir la democracia por la teocracia, pero este no es el caso de todos los musulmanes, y Occidente no los ayudó mucho cuando pensó, o fingió pensar, que las democracias brotarían por generación espontánea después de que ellos suprimieran a los dictadores de esos países tirándoles bombas.

Los ideólogos del Estado Islámico entendieron que cuanto más aumentara el odio contra los musulmanes en Europa, más jóvenes reclutarían"

P.La islamización del mundo árabe es evidente, pero también se produce entre los musulmanes de Occidente, llegando muchos a radicalizarse, ¿ha perdido Occidente, los valores de libertad individual y democracia, la batalla ideológica? ¿Hasta qué punto ha influido en esto el fin del Estado del Bienestar y la crisis económica?
R. A partir de los años 90 los jóvenes musulmanes europeos que en otros tiempos simpatizaban con los movimientos de liberación nacional laicos y socializantes empezaron a pensar que la verdadera opción frente al capitalismo occidental, al consumismo o a la omnipotencia del dinero era el islam radical. Said Qutb o Bin Laden empezaron a remplazar a Mao o Fanon. En Francia, por lo menos, los padres de estos jóvenes habían llegado a trabajar en el cinturón industrial de las grandes ciudades. La desindustrialización los precipitó en el paro o en los trabajos precarios. Esto coincidió con el reflujo de la izquierda, y sobre todo del Partido Comunista, fuera de esos barrios populares. A medida que los atentados se multiplicaban, los musulmanes empezaron a verse estigmatizados y a falta de partidos o sindicatos que los representaran, fueron a refugiarse en las mezquitas que sus padres habían abandonado. Los ideólogos del Estado Islámico, en todo caso, entendieron este fenómeno muy bien: cuanto más aumentara el odio contra los musulmanes en Europa, más jóvenes reclutarían ellos. El crecimiento de la extrema derecha en los países occidentales es uno de los grandes triunfos de los yihadistas.

P.¿Qué papel juega en esta guerra el concepto de mártir y de martirio? ¿Son únicamente achacables al bando musulmán?
R. No, trato de demostrar que hubo en Occidente toda una tradición del martirio muy semejante a la musulmana. Pero, además, la idea del heroísmo militar y de la muerte por la patria desapareció de Occidente hace muy poco, y este culto del héroe se parece como dos gotas de agua al martirio yihadista. Sucede que, en Occidente, el martirio asumió desde hace unas décadas una forma diferente: el culto de las víctimas. Los diferentes grupos sociales o las minorías ya no quieren que se recuerden a sus héroes, a quienes cayeron en el combate por alguna causa, sino a sus "víctimas inocentes". En El sueño de los mártires le dedico unas cuantas páginas a analizar este fenómeno.

Bin Laden fue claro: Al Qaeda no atacaba a los "cruzados" porque eran cristianos, sino porque habían bombardeado Irak"

P. Las Primaveras Árabes parecían una solución, una alternativa para occidentalizar el mundo árabe, ¿por qué fracasaron? ¿Las interpretamos erróneamente como una revolución democrática cuando no eran eso?
R. Ayudada por muchos servicios de inteligencia, la prensa occidental suele presentar estas revoluciones de una manera un poco simplista: puesto que la población se rebela contra dictadores como Ben Ali, Mubarak o Gadafi, debe tratarse de movimientos democráticos... Pero esto no es de ningún modo así, del mismo modo que tampoco son democráticos todos los grupos que se oponen a Bashar al-Ásad en la Siria actual. Hay quienes señalaron esto en los medios de comunicación durante la llamada Primavera Árabe, pero enseguida se los neutralizó acusándolos de defender a dictadores sanguinarios y corruptos, como ocurrió con muchos de quienes se opusieron a la Guerra de Irak en 2003, una de cuyas consecuencias fue el surgimiento del Estado Islámico.

P. Si el conflicto no atiende, como afirma su libro, a un enfrentamiento entre culturas, religiones o valores, ¿a qué razones obedece esta yihad:económicas, políticas…?
R. Desde el inicio, Bin Laden fue claro: Al Qaeda no atacaba a los "cruzados" porque eran cristianos, sino porque habían bombardeado Irak, provocado el hambre entre los niños iraquíes, instalado bases en Arabia Saudita y apoyado las agresiones de Israel a los palestinos. Por supuesto, tanto Al Qaeda como el EI quieren instalar la sharía y eventualmente erigir un califato, pero no emprendieron la guerra contra los occidentales por esto. Si los Acuerdos de Oslo hubiesen prosperado, hoy no tendríamos a Hamas dominando la Franja de Gaza. Y si Estados Unidos y sus aliados no se hubiesen metido en Irak, no habría surgido el EI.

P. Occidente está primando la lucha militar para cortocircuitar la amenaza, y quizá gane en el campo de batalla, pero ¿es suficiente una victoria bélica para erradicar una ideología que domina las mentes de millones de personas? ¿Qué es necesario hacer? ¿Estamos ante un conflicto sin fin?
R. No creo que se trate de una ideología que domine las mentes de millones de personas. Le doy un ejemplo. Cuando en 1982 los militares argentinos ocuparon las Malvinas y Margaret Thatcher envió la flota británica, muchos argentinos que combatían esa dictadura -muchos argentinos que estaban incluso presos en ese momento por haber combatido esa dictadura- apoyaron a Galtieri. Cuando un grupo se erige en el principal adversario de un invasor extranjero, se granjea el apoyo de una buena parte de la población, incluso de aquellos que se oponían a ellos. Y si este conflicto perdura, es probable que una buena parte de esa población empiece a adherir a sus valores. Algo similar ocurrió en el mundo musulmán cuando los islamistas remplazaron a los nacionalistas laicos en la guerra contra el imperialismo occidental. Esto no significa que millones de musulmanes quieran aplicar la sharía en sus países o vivir bajo una teocracia califal. Pero las agresiones occidentales solo van a contribuir a que muchos jóvenes se plieguen a esos grupos, y a falta de un relato político alternativo, capaz de movilizar a los pueblos contra los estropicios sociales y naturales provocados por las formas actuales del capitalismo, la narrativa yihadista, que propone un retorno a una sociedad mítica, a una utopía retrospectiva, va a ganar nuevos adeptos.