Darío Villanueva. Foto: RAE/Fernando Villar
El director de la Real Academia Española, que el jueves anunció que no se presentará a la reelección, explica sus motivos, valora su gestión y apunta las claves de futuro de la institución.
Desde Washington, donde se encuentra de viaje para asistir a la celebración de los 45 años de la Academia Americana de la Lengua, Villanueva asegura sentirse satisfecho de su gestión, aunque matiza que no compete a él opinar. "Lógicamente, corresponde a los demás la valoración, pero en mi fuero interno, estoy orgulloso de lo que he hecho". Entre sus haberes más recientes, el director cuenta su reciente viaje a China, donde ha firmado un convenio con la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái y otro acuerdo que permitirá estudiar español en bachillerato y secundaria a 65 millones de estudiantes. "La operación tiene gran magnitud y está ligada a la visita del presidente de China en noviembre a España", reconoce.
También destaca la creación de la plataforma Enclave RAE, pensada como futura fuente de ingresos, la creación de la Academia de Guinea Ecuatorial y los primeros pasos de la fundación de la judeoespañola. Desafíos que se han visto acrecentados por la compleja coyuntura que le ha tocado en suerte. "En el año en que entré en la Rae quebró Lemann Brothers. Por supuesto, no hay relación causal entre estos dos hechos casi consecutivos", ha bromeado Villanueva, pero reconoce que "la crisis global y española ha azotado a la RAE con cuatro huracanes: pérdida del 60% en la asignación del Estado; merma radical de los ingresos financieros de la Fundación pro RAE; descenso notable en la venta de los diccionarios y gramáticas de la RAE; y pérdida de patrocinios privados".
Sin embargo, el director ni se arrepiente ("sabía dónde me metía"), ni ve peligrar la viabilidad de la institución, que ha sufrido de todo en sus más de tres siglos de existencia. Por ello, la hoja de ruta es buscar actividades que permitan generar fondos autónomos, como la citada plataforma Enclave. "Nunca seremos millonarios, pero la idea es ir dependiendo cada vez menos de la actividad de terceros". Y pensando en el futuro, Villanueva es claro respecto a los que, a su juicio, deben ser los puntales de la futura actuación de la Academia. "Debemos seguir siendo la locomotora de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE, organismo que también comanda el titular de la dirección de la RAE), que son 23, y también avanzar y profundizar en la vía digital, especialmente en el diccionario", advierte. "Es clave para el futuro convertirnos en la Academia de los nativos digitales".
Estos objetivos son el consejo que lega Villanueva a su sucesor, independientemente del elegido, cuyo nombre conoceremos el próximo 13 de diciembre. En su despedida, el actual director hacía hincapié en que el nuevo director debería tener un perfil más experto en gestión, aunque matiza que además del "componente intelectual fundamental, el cargo tiene en la actualidad unas exigencias potentes en el ámbito de la diplomacia y de la gestión económica". No obstante, se abstiene de dar nombres, pues "el director no especula. Todos los académicos, según los Estatutos, son candidatos. No se formulan, pues, candidaturas. Yo, lógicamente, tengo una idea clara de a quién votar. Por suerte, hay académicos que reúnen las condiciones necesarias intelectuales, institucionales, y empresariales".