Nicanor Parra
El creador de la antipoesía, Premio Cervantes 2011, tomó la incertidumbre como centro de su poesía y compuso junto a Neruda y Huidobro el trío más importante de la poesía de Chile.
Creador de la llamada antipoesía, realizó durante toda su vida una búsqueda infatigable en las fronteras de la literatura. Era el último superviviente del trío más importante de la poesía chilena, que formaba junto a Pablo Neruda y Vicente Huidobro.
Entre 2007 y 2012, Galaxia Gutenberg publicó la obra completa de Parra, y el último título del poeta chileno en las librerías españolas es El último apaga la luz, una antología de "obra selecta" editada por Lumen.
Nacido en 1914, en una familia de reconocidos artistas chilenos (es hermano de la mítica folclorista Violeta Parra), el escritor estudió Ciencias Exactas y Físicas por la Universidad de Chile. Se especializó en Mecánica Avanzada en la Universidad de Brown de Rhode Island (Estados Unidos) y amplió su formación en Oxford. Entre 1945 y 1996 fue profesor de Mecánica Teórica en la Universidad de Santiago de Chile, donde fundó el Instituto de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ingeniería, junto con el poeta Enrique Lihn.
Fue, además, profesor visitante de las universidades de Lousiana y Nueva York. En 1968 participó en el Frente Amplio de Intelectuales por el No, que se constituyó con motivo del plebiscito de reafirmación convocado por el dictador Augusto Pinochet. En 2001, presentó por primera vez en España Artefactos visuales, una exposición en la que, mediante la mezcla de palabra, imagen y objetos, realizaba una crítica a la cultura consumista de Occidente.
Considerado uno de los antisistema del universo poético, su obra ha tenido una gran influencia en la literatura hispanoamericana. A él se le atribuye el término antipoesía, expresión literaria que rompe con los cánones tradicionales de este género, utilizando un lenguaje cotidiano y directo. Esta nueva poesía de vanguardia incluye entre sus elementos humor, ironía, sarcasmo y personajes antiheroicos.
Como escribió Leonardo Sanhueza con motivo de su centenario en 2014, Parra "quiso asentar la contradicción como puntos centrales de la creación literaria, estableciendo una solución alternativa al problema de la incertidumbre impuesto por la realidad de entreguerras, que la mayoría de las vanguardias europeas y americanas había enfrentado mediante brillantes manifiestos revolucionarios acerca de alguna nueva certidumbre más o menos plausible. Pasada la Segunda Guerra Mundial la solución parriana resultó, desde luego, provocadora: oponer a la incertidumbre no un nuevo dogma, sino más incertidumbre".
En 1937 publicó su primer poemario, Cancionero sin nombre, galardonado con el Premio Municipal de Santiago. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas y, entre ellas, destacan Poemas y antipoemas (1954); La cueca larga (1958), Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), La camisa de fuerza (1968), Antipoemas (1972), Artefactos (1972), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de parra (1985), la antología Páginas en blanco y Discursos de sobremesa (2006), entre otras. Parra ha traducido del inglés obras literarias como El rey Lear, de Shakespeare, y científicas como Fundamentos de la física (1957), de Robert Bruce Lendsay y Henry Margenau.
Honorari Fellow por la Universidad de Oxford y Honoris Causa por la Universidad de Brown y las universidades chilenas de Concepción y Bío-Bío, fue miembro de la Fundación Gabriela Mistral. Entre los galardones que ha obtenido destacan el Premio de Poesía Juan Said de la Sociedad de Escritores de Chile (1953) y el Concurso Nacional de Poesía del Sindicato de Escritores de este país (1954). En 1969 obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Chile por toda su obra y por el libro Obra gruesa, publicado ese mismo año. Así mismo, ha sido galardonado con el Premio Juan Rulfo (México, 1991), el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2001) y el Premio Bicentenario de la Corporación Cultural de Chile y la Universidad de Chile (2001).
Último brindis
Lo queramos o noSolo tenemos tres alternativas:
El ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
Porque como dice el filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece solo en el recuerdo:
A la rosa que ya se deshojó
No se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar
Son solamente dos:
El presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien establecido
Que el presente no existe
Sino en la medida en que se hace pasado
Y ya pasó...,
como la juventud.
En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos.
Nicanor Parra, en Canciones rusas