Alfonso Zapico con su cómic en las calles de Oviedo. Foto: Asís G. Ayerbe
Aquí puedes leer y descargar el primer capítulo de la segunda entrega de La balada del norte.
El libro comienza con la llegada de los mineros a la capital asturiana con más dinamita que visión estratégica y se desata la violencia entre estos y las fuerzas de seguridad. Los rebeldes consiguen tomar cuarteles, edificios públicos y casas particulares y los combates se suceden en las calles. Mueren guardias de asalto, guardias civiles, sacerdotes y rebeldes y el Gobierno de la República manda al ejército para aplastar con la máxima dureza la revolución.
Una cita de Chéjov precede a las viñetas: "Son muchas las opiniones que se sotienen en este mundo, y una buena mitad de ellas pertenecen a individuos que no se han encontrado nunca en situaciones difíciles". Las palabras del autor ruso preludian un volumen que pretende mostrar "que en la revolución de 1934 todo fue muy gris, y no la historia de blanco o negro que se ha vendido tanto en Oviedo como en la cuenca", señala Zapico.
Uno de los sucesos históricos más notorios de los que aparecen en la novela gráfica es la quema del Teatro Campoamor (célebre escenario de la entrega de los Premios Princesa de Asturias), llevada a cabo por los carabineros para impedir que los rebeldes tomaran posiciones en él y desde allí lanzaran explosivos hacia su cuartel, situado más abajo.
Una viñeta de La balada del norte
En una visita guiada por los escenarios de la revolución en Oviedo, el deán de la catedral, Benito Gallego explica cómo los revolucionarios dinamitaron la Cámara Santa del templo, donde se guardaban numerosas reliquias cristianas que se remontan a los tiempos de la conquista musulmana. Para el deán el afán de los revolucionarios era destructivo porque "la revolución en Oviedo fue muy anticristiana". Sin embargo, para el historiador local Javier Rodríguez Muñoz, los rebeldes pretendían volar la torre de la catedral porque desde allí los francotiradores enemigos estaban causando muchas bajas entre sus filas.Zapico también recoge en un pasaje de la novela gráfica una conversación entre dos rebeldes que refleja la desunión que había entre las distintas facciones revolucionarias (socialistas, comunistas y anarquistas) y que, en el fondo, opina, tenía mucho que ver con rivalidades antiguas entre unos pueblos y otros de la cuenca minera. "Al principio la revolución prendió en Asturias porque sí se produjo una unión entre anarquistas, comunistas y socialistas que no se dio en el resto de España, pero luego hubo cada vez más divergencias. Había muchos comités y comités alternativos y eso se convirtió en un caos total. Hoy también la cuenca minera está muy dividida, cada pueblo mira para lo de su pueblo. No es una cosa de los años 30, sino que llega hasta hoy, a pesar de que es una región que se ha distinguido históricamente por el asociacionismo y los sindicatos", opina Zapico, natural de Blimea, un pueblo de la cuenca minera del Nalón.
La mayoría de anécdotas que aparecen en la novela las ha escuchado el autor a los lugareños y a sus propios familiares. De hecho, el personaje de Apolonio está inspirado en su propio tío, que también fue minero. En cuanto a la recreación de los escenarios, se ha servido de viejas fotografías encontradas en libros y a través de internet.
Una viñeta de La balada del norte
La balada del norte, tal como nos anunció cuando publicó la primera parte, iba a constar de dos tomos, pero finalmente será una trilogía. "Cuando llevaba 250 páginas del segundo tomo pensé que aún me quedaban muchas cosas por contar", explica. Este segundo volumen se cierra con los regulares y los legionarios del Ejército de África entrando en la ciudad, y tendremos que esperar a la tercera entrega para conocer qué destino aguarda a los protagonistas que, aunque ficticios, encarnan a la perfección lo bueno y lo malo de aquellas dos Españas que colisionaron de forma sangrienta en las calles de Oviedo.
@FDQuijano