Álvaro Pombo (Santander, 1939) está de vuelta con una novela sorprendente que ahonda en los conflictos morales y en las más bajas pasiones: venganza, culpa, codicia... El escritor santanderino, siempre cerca de la investigación psicológica y la preocupación filosófica en su literatura, aborda en esta novela una historia de la media y alta burguesía. Pombo dibuja un clandestino ménage à trois entre gente adinerada: la infidelidad de un señorito pícaro con la rica esposa de su hermano Andrés, que lo desheredó para premiar a Juan, el chófer que le acompañó en la casa del reloj durante sus últimos años. En este drama rural, Juan es el protagonista que descubrirá la verdadera historia de aquel triángulo amoroso. Comprobará que aceptar la herencia no iba a ser tan idílico como parecía.
Juan Caller, un hombre culto, recibe entre los bienes de la herencia la imponente Casa del Reloj, una casa de campo en una apartada zona rural que había pertenecido a la familia de Matilde, la difunta mujer del señor. Pero Andrés le deja una herencia con intereses, o sea, que su aceptación implica la condición de que se instale en ella. Aunque la casa no se encuentra en perfectas condiciones, Juan decide aceptarla y retirarse allí. Decide contratar a los albañiles del pueblo, Benito y Tomás, para acondicionarla y hacer las reformas necesarias. Y también a Alfonso, un hombre misterioso. Juan irá descubriendo la historia del triángulo amoroso que propició el giro de su vida, igual que marcó la existencia de su señor Andrés y su hermano, enamorados de la misma mujer. Aunque al comienzo mantiene una distancia con todo lo que irá descubriendo, más tarde se verá involucrado en una historia inquietante. Tendrá que decidir si ser el heredero es lo más conveniente para su existencia.
Regresa el Pombo más moralista, aunque para esta ocasión deja entrever un halo de optimismo que no se corresponde con toda su producción anterior. Destaca la absoluta libertad de escritura, donde el lenguaje erudito habita junto a la expresión vulgar. A modo de homenaje, quizás, a la alta comedia de hace un siglo, Pombo vuelve a crear una novela original, manteniendo siempre el personalísimo estilo por el que ha sido reconocido a lo largo de su trayectoria. Los juegos conceptuales propios de un filósofo se alternan con las agudezas humorísticas y los detalles costumbristas tan adheridos a la personalidad de Álvaro Pombo, un escritor que, a través de su obra, indaga siempre en las enfermedades del alma.